La pandemia de coronavirus alrededor del mundo ha aumentado los niveles de desnutrición y hambruna infantil, por lo que, de no tomarse acciones para revertir esta situación, se estima que 10.000 niños podrían morir de hambre al mes durante en el primer año de la pandemia, de acuerdo a un informe emitido por los secretarios generales de la Unicef, la OMS, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos, publicado este lunes en The Lancet.
Antes de la pandemia de covid-19, se estimaba que cerca de 47 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo estaban afectados por la emaciación —pérdida involuntaria de más de 10% del peso corporal, principalmente de masa muscular—; sin embargo, los organismos mundiales advierten que este número podría aumentar en unos 6,7 millones de infantes, siendo África subsahariana y el sur de Asia la zonas más afectadas, con un aumento del 80% de los casos.
De acuerdo al estudio utilizado por los funcionarios de la ONU para realizar su informe, publicado este lunes también en The Lancet, de combinarse el aumento previsto de la emaciación en cada país con una reducción media anual prevista del 25% en los servicios de nutrición, podría haber 128.605 muertes adicionales de niños menores de cinco años a lo largo del año.
Del mismo modo, los funcionarios de la ONU advirtieron que "el aumento estimado de la emaciación infantil es solo la punta del iceberg, ya que se espera que la pandemia de covid-19 también aumente otras formas de malnutrición infantil, como el retraso en el crecimiento, las deficiencias de micronutrientes y el sobrepeso".
"Las tasas de pobreza e inseguridad alimentaria de los hogares han aumentado. Se han interrumpido los servicios esenciales de nutrición y las cadenas de suministro. Los precios de los alimentos se han disparado. Como resultado, la calidad de la dieta de los niños ha disminuido y las tasas de malnutrición aumentarán", señaló Henrietta Fore, secretaria general de la Unicef.