Varios países unen fuerzas para salvar de la extinción a la gigante del lago Titicaca, la rana acuática más grande del mundo

Esta iniciativa busca lograr la "conservación y conocimiento" de la especie para que tenga un "futuro a largo plazo", asegura el Museo de Historia Natural Alcide d'Orbigny (Bolivia), uno de sus principales participantes.

Instituciones científicas de distintos países han unido sus fuerzas para proteger y salvar a la rana gigante del lago Titicaca (ubicado entre Bolivia y Perú), considerada la rana completamente acuática más grande del mundo y que actualmente se encuentra en peligro de extinción.

El equipo transfronterizo está compuesto por la Universidad Peruana Cayetano Heredia, el zoológico de Denver (EE.UU.), el Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, entre otras instituciones, según informó la semana pasada el Museo de Historia Natural Alcide d'Orbigny de Cochabamba (Bolivia), uno de sus principales participantes. Este esfuerzo combinado es apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente.

Esta iniciativa busca lograr la "conservación y conocimiento" de la especie para que tenga un "futuro a largo plazo", resalta el museo. En primer lugar, se analizarán sus hábitats subacuáticos, se evaluará su condición, así como la genética de su población, detalla el proyecto de gestión ambiental binacional entre Bolivia y Perú, GIRH-TDPS.

De acuerdo con ese organismo, ambos países ya han iniciado dos estudios con ese propósito y se presentará un diagnóstico de las amenazas en esos hábitats para "priorizar las zonas de conservación" y conocer "la realidad de la especie y la presión frente a factores naturales y antrópicos" que han provocado la disminución de su población. A pesar de la existencia de anteriores investigaciones, este anfibio sigue considerándose poco conocido debido a la ausencia de datos completos sobre su tamaño poblacional.

Oscar Limachi trabaja como guía turístico junto a su yerno en el lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
Una mujer alimenta a su ganado en la aldea de Qewaya, en Bolivia. / Manuel Seoane / Reuters
Casas construidas con planta de totora sobre una isla flotante en el lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
Basura flotando entre la orilla del lago Titicaca y el río Desaguadero. / Manuel Seoane / Reuters
Vista de la comunidad Koati. / Manuel Seoane / Reuters
Una mujer ata a su ganado con una cuerda en las afueras de la isla de Koati, en el lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
Las alpacas son comunes en la región del lago Titicaca y su lana tiene un alto precio en el mercado. / Manuel Seoane / Reuters
Mujeres indígenas durante una celebración cerca de la aldea boliviana de Okola. / Manuel Seoane / Reuters
Oscar Limachi, un miembro de la comunidad de Qewaya, asegura que los desechos y la falta de comprensión del problema de la contaminación pueden cambiar el hábitat para siempre. / Manuel Seoane / Reuters
Limachi trabaja como guía turístico junto a su yerno en el lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
Basura acumulada en las afueras de la aldea de Desaguadero, cerca del lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
Un letrero indica la multa por tirar basura en el pueblo de Desaguadero, próximo al lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
Limachi reúne plantas de totora para utilizarlas en un proyecto de arte y artesanía que se venderá en el museo de la isla de Pariti, en el lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
El vecino de Qeawaya Óscar Limachi hace un pequeño barco de planta de totora. / Manuel Seoane / Reuters
Los 'chuno' o patatas se colocan durante la noche para ser liofilizadas, una forma tradicional de conservar y almacenarlos durante largos períodos en el pueblo de Qewaya. / Manuel Seoane / Reuters
Isaac Callizaya creció en las orillas del lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
Una antigua tumba de piedra en un sitio arqueológico cerca de la boliviana aldea de Qewaya, en el lago Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters
Algas flotando en aguas poco profundas en la bahía de Cohana, cerca del Titicaca. / Manuel Seoane / Reuters

La principal amenaza de esta especie es su sobreexplotación con fines culinarios, como amuleto para rituales y por su piel para productos de peletería. No obstante, también suponen un riesgo la contaminación de las aguas del Titicaca, la utilización de pesticidas y el vertido de aguas residuales al lago.

Conocida científicamente como 'Telmatobius culeus', la rana gigante del Titicaca recibió su apodo por los enormes pliegues de piel que incrementan el volumen de su cuerpo y le permiten respirar en aguas a una altura de más de 3.800 metros sobre el nivel del mar. Esta especie autóctona del lago, puede medir 14,5 centímetros de longitud; no obstante, el famosos explorador e investigador francés, Jacques-Yve Cousteau, informó tras una expedición que pueden alcanzar un tamaño de 50 centímetros y estar en profundidades de hasta 100 metros, explica la GIRH-TDPS.

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