¿Permiso o discriminación? La polémica propuesta de Madrid para establecer una "cartilla covid-19"

Desde que este martes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunciara su intención de poner en marcha una 'cartilla vírica', se ha desatado la unanimidad en contra de la implementación de esta medida.

Ya durante la rueda de prensa, la mandataria madrileña fue interpelada sobre si este carné podría ser el origen de discriminación a una parte de la población. Díaz Ayuso negó que esa fuera su intención, pero justificó su utilidad poniendo como ejemplo que una persona que ya hubiera pasado la enfermedad covid-19 podría hacer uso sin problemas de un gimnasio.

Por su parte, el vicepresidente de Madrid, Ignacio Aguado, ha contradicho en parte las palabras de Díaz Ayuso, menos de 24 horas después de que se hiciera la propuesta. Aguado ha precisado que esta cartilla tendría solo un uso sanitario y que no se prevé ningún tipo de privilegios, para no crear "ciudadanos de primera y de segunda".

Las principales críticas

Desde que se hiciera pública la propuesta, ha habido multitud de argumentos en contra del carné, entre ellos, la poca fiabilidad de los test, las dudas sobre la inmunidad de quienes han superado la enfermedad y los problemas de índole legal y social que podría acarrear su aplicación.

• Los test no son fiables

Ni los test serológicos ni los test PCR son 100 % fiables. Todos ellos tienen, en mayor o menor medida, un porcentaje de falsos positivos o negativos.

• Dudas sobre la inmunidad

Según los últimos hallazgos científicos, los anticuerpos se podrían perder, es decir, disminuir con el paso del tiempo. Incluso hay dudas sobre la inmunidad frente al virus luego de haber superado el primer contagio.

De hecho, el estudio de seroprevalencia llevado a cabo por el Ministerio de Sanidad de España reveló que el 14,4 % de las personas que dieron positivo en la primera ronda, ya no tenían anticuerpos seis semanas después.

Aún así, un individuo sin anticuerpos podría estar inmunizado. Por un lado, pueden persistir los linfocitos B de memoria, "que se reestimularían ante un segundo contacto con el virus y podrían renovar la producción de anticuerpos" y, por otro, el cuerpo humano cuenta con linfocitos T, "que se ocupan de eliminar las células infectadas", según explicó el doctor Eduardo López Granados, jefe del servicio de inmunología del hospital de La Paz, en Madrid. Pero son teorías que todavía deben ser demostradas.

• Problemas económicos

También se ha cuestionado la base económica de esta medida. Si las pruebas son sufragadas por la Comunidad de Madrid, supondrá un gasto inmenso porque implicaría el testeo a una población de 7 millones de personas periódicamente, en vista de que aquellos que dieran negativo serían susceptibles de contagiarse del virus con posterioridad.

Si las pruebas tuvieran que ser costeadas a nivel individual por cada ciudadano, podría ser un sistema discriminatorio, en vista de que la PCR tiene un precio superior a los 100 euros y el test serológico cuesta más de 50. Esos costos no están al alcance de todos los bolsillos, y menos cuando el desempleo crece sensiblemente como consecuencia de la crisis sanitaria.

• Problemas legales

La información referente a la salud corresponde a datos personales, que están amparados por la legislación europea y española. Por ese motivo, su manejo afecta a la privacidad y no sería susceptible de ser requerido para acceder a determinados tipos de servicios.

• Problemas sociales

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La existencia de este tipo de credencial podría dar lugar a penalizar a aquellas personas que más han respetado las medidas restrictivas, como el confinamiento o el uso de mascarillas y lavado de manos, y que han conseguido no contagiarse, contribuyendo así a atajar la propagación de la pandemia.

¿Podría tener aplicaciones beneficiosas?

Más allá de esa polémica, también se ha planteado que la credencial podría tener aplicaciones beneficiosas en algunos ámbitos muy determinados, como es el caso del sistema sanitario.

En este sector, el carné podría utilizarse para poner en la primera línea de atención de los pacientes con covid-19 a aquellos profesionales que ya hubieran superado la enfermedad y no pudieran contagiarse.

La Comunidad de Madrid no es una de las regiones que actualmente se encuentran en el punto de mira de los nuevos rebrotes, aunque sí es el territorio que, desde el inicio de la epidemia en el país, acumula el mayor número de fallecimientos y el segundo mayor de positivos: 8.451 y 74.886, respectivamente.

La tendencia en Madrid también está al alza desde que se acabó el confinamiento, y en los últimos 8 días los positivos casi se han triplicado. En el conteo de las últimas dos semanas, se han diagnosticado 2.005 contagios, con una prevalencia de 30 casos por cada 100.000 habitantes.