Las autoridades locales en Reino Unido podrán ordenar la demolición de edificios, así como la destrucción de coches y de otros vehículos como último recurso para detener una posible segunda ola del covid-19, según un documento gubernamental para la contención del coronavirus, informa The Telegraph.
El primer ministro británico, Boris Johnson, intenta evitar un segundo bloqueo a nivel nacional y ha otorgado una amplia gama de poderes a los consejos locales para contener los brotes tan pronto como se detecten, según medios locales. Los consejos podrán recurrir a seis leyes del Parlamento para imponer cierres de edificios públicos, ordenar pruebas masivas, prohibir eventos y cerrar sectores enteros de la economía. Además, podrán limitar las aperturas de escuelas y restringir los viajes solo a trabajadores clave.
El documento, publicado por el Departamento de Salud y Atención Social, instruye a los consejos en el sentido de que, bajo la Ley de Salud Pública de 1984, pueden presentar una solicitud ante un Tribunal de Magistrados para "imponer restricciones o requisitos para cerrar locales contaminados; cerrar espacios públicos en el área de la autoridad local; detener un transporte o estructura móvil; desinfectar o descontaminar locales; u ordenar que un edificio, transporte o estructura sea destruido".
Esta parte del documento recoge la posibilidad de que los centros asistenciales, las fábricas, las oficinas o incluso los hogares particulares puedan ser arrasados como último recurso si el virus comienza a quedar fuera de control, aunque tales medidas no se han considerado necesarias durante el brote.
Usuarios de redes sociales criticaron esta parte del documento, que algunos califican de locura. Otros sugieren que algún esquema de renovación podría estar en marcha bajo la apariencia de lucha contra covid-19. Algunos internautas sostienen en broma que las autoridades podrían arrasar edificios contaminados junto con sus habitantes para asegurarse de que la infección no se propague.