Hong Kong ha respondido este sábado a las recientes sanciones impuestas por EE.UU. contra 11 funcionarios del gigante asiático, incluyendo la jefa de región, Carrie Lam. Las autoridades afirman que el argumento del Gobierno norteamericano para instaurar las restricciones es una "excusa poco convincente" que serviría para profundizar la brecha entre Pekín y Washington.
"La última medida del Gobierno de EE.UU. representa una interferencia descarada y bárbara en los asuntos internos de la República Popular China (RPC), utilizando a Hong Kong como un peón en su táctica para crear problemas en la relación China-EE.UU., por los intereses egoístas de algunos políticos estadounidenses", declaró un portavoz del Gobierno hongkonés a través de comunicado, citado por medios locales.
El vocero considera que las medidas son una violación flagrante de las leyes y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales. Asimismo, aseguró que las sanciones son un "intento totalmente irrespetuoso que socavará las relaciones entre Hong Kong y EE.UU. en varios niveles".
El Departamento del Tesoro de EE.UU. explicó que las sanciones fueron impuestas "por socavar la autonomía de Hong Kong y restringir la libertad de expresión o reunión de los ciudadanos" durante las manifestaciones del año pasado, donde las multitudes se pronunciaban en contra la de ley de Seguridad Nacional.
Al respecto, el portavoz añadió que la escalada de violencia de aquel entonces requería que las autoridades tomen medidas legales para mantener el orden y la seguridad pública. Además, anunció que Hong Kong apoyará completamente al Gobierno central de China para adoptar contramedidas, asegurando que no serán "intimidados".
Declaraciones de funcionarios sancionados
Por su parte, el jefe de Policía de la ciudad, Chris Tang, también rechazó la medida. "Defender la seguridad nacional y la seguridad de Hong Kong es mi responsabilidad y mi honor. Las sanciones de países extranjeros no significan absolutamente nada para mí", comentó el funcionario.
Lam anteriormente hizo caso omiso de las sanciones en su contra, aseverando que no tiene activos en el país norteamericano ni planea mudarse allí. "No tenemos miedo a ninguna amenaza", pronunció la jefa de la región administrativa tras ratificar su compromiso con la seguridad nacional y los millones de habitantes de China.