El Ministerio de Defensa de Corea del Sur ha anunciado esta semana que el próximo año planea empezar la construcción de su primer portaviones y adquirir aviones de combate para operar en él.
"El portaviones, de 30.000 toneladas de desplazamiento, puede transportar fuerzas militares, equipos y materiales y puede operar aviones de combate que son capaces de despegar y aterrizar verticalmente", comunicó el ministerio, citado por CNN, junto con su plan de defensa nacional para 2021-2025. "Permitirá a los militares reprimir de manera más efectiva las amenazas y enviar fuerzas y materiales a una región en disputa en el mar al desempeñar un papel de buque controlador de la unidad naval".
Según Forbes, la embarcación, considerada como una variante del portahelicópteros de clase Dokdo, tiene una cubierta rectangular, dos ascensores, una isla larga con dos embudos de escape y mástiles parcialmente cerrados que podrían ayudar a reducir su firma en el radar.
Se espera que el país asiático compre aviones de combate F-35B de fabricación estadounidense, con capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical, compatibles con un portaviones de tamaño pequeño. Se trata de aviones furtivos de quinta generación, capaces de volar a Mach 1.6, más de una vez y media la velocidad del sonido. Los F-35B pueden llevar dos misiles aire-aire y dos bombas guiadas de unos 453,5 kilos en sus compartimientos internos de armas.
Los aviones vienen equipados con paquetes de software que, en teoría, no solo les permitirían comunicarse en tiempo real entre las fuerzas de Corea del Sur, sino también con otros países que operan con el mismo modelo. Además, el despegue corto y aterrizaje vertical les permite operar desde barcos y estar más cerca del frente de batalla y disponer de un tiempo de respuesta más rápido en las misiones que los aviones de combate convencionales. El precio de cada uno se sitúa alrededor de 122 millones de dólares cada uno.
"La principal ventaja que ofrece un pequeño portaviones a Corea del Sur es su uso como aeródromo móvil", comentó Carl Schuster, excapitán de la Armada de Estados Unidos y exdirector de operaciones del Centro de Inteligencia Conjunta del Comando del Pacífico de EE.UU. y añadió que además de fines militares, también podría tener otros usos: "También funcionará como una base militar multipropósito en el mar en una situación de amenaza no militar, como una operación de rescate para ciudadanos cuando ocurran desastres o accidentes".