El director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, Alexánder Guíntsburg, aseguró a RT que el desarrollo de la vacuna rusa contra el covid-19, que recibió el nombre Sputnik V, se llevó a cabo en estricta concordancia con la ley rusa, y detalló que los voluntarios que la probaron no tuvieron efectos secundarios.
"Este medicamento fue creado de acuerdo con el Decreto No. 441 [del Gobierno ruso, relativo a las peculiaridades de la circulación de fármacos para uso médico], que permite reducir significativamente el tiempo requerido para crear un medicamento. Además, de ninguna manera se reduce el número de los procedimientos de investigación y de control que tienen como objetivo probar la seguridad de este fármaco", aseguró el profesor.
Guíntsburg dijo que "la vacuna no se creó desde cero" y explicó que el personal del instituto ha estado trabajando durante más de 20 años para crear la tecnología con ayuda de la cual se hizo posible la Sputnik V.
"La vacuna se creó en cinco meses, desde la fecha de recepción de la orden estatal hasta el momento del registro. Pero el trabajo se había hecho mucho antes", precisó.
"Antes de eso, toda una generación de biotecnólogos, virólogos, inmunólogos (...) había estado trabajando durante más de 20 años para desarrollar la tecnología con la que se creó esta vacuna y al menos seis medicamentos más, también vacunas", agregó.
El especialista afirmó que hasta la fecha "más de 3.500 residentes han recibido este fármaco sin experimentar efectos secundarios, excepto los que generalmente ocurren con cualquier vacuna", en particular un ligero aumento de la temperatura corporal.
Guíntsburg indicó que aquellas personas que han superado el covid-19 con síntomas leves generalmente "no tienen protección a largo plazo" contra la infección. Anteriormente, el microbiólogo señaló que las propiedades protectoras de la vacuna rusa persistirán durante al menos dos años.