Si EE.UU. "sigue su propio camino", ejerciendo acciones provocativas y presionando a los países de la región asiática, China se verá obligada a tomar medidas de represalia para salvaguardar sus intereses de seguridad, declaró este viernes en una conferencia de prensa el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian.
"China se opone firmemente al despliegue estadounidense de misiles terrestres de medio alcance en la región de Asia-Pacífico y expresa su fuerte descontento con la presión frecuente de Estados Unidos sobre los países vecinos de China y las provocaciones abiertas en el 'hogar' de China", indicó el alto funcionario.
Según el vocero ministerial, la intención de la Casa Blanca "es consistente con su creciente presencia militar en la región y la llamada 'estrategia Indo-Pacífico', una demostración típica de su mentalidad de Guerra Fría".
Zhao Lijian instó a Washington a "adoptar una actitud responsable" y concentrar sus esfuerzos en el mantenimiento de la paz y la estabilidad mundial y regional, "y no al revés". "Si EE.UU. insiste en seguir su propio camino, China tomará las contramedidas necesarias para salvaguardar firmemente sus propios intereses de seguridad", advirtió Zhao Lijian.
Los planes de EE.UU. en la región asiática
El diplomático chino valoró así las palabras del enviado especial estadounidense para el control de armas, Marshall Billingslea, que en una entrevista con el medio japonés Nikkei afirmó que la Casa Blanca planeaba discutir el despliegue de misiles terrestres de mediano alcance con algunos países asiáticos para contrarrestar la "amenaza inmediata" del arsenal nuclear de China.
En particular, se trata de un tipo de misil de crucero de alcance medio no nuclear lanzado desde tierra que EE.UU empezó a desarrollar días después de su salida del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Medio y Corto (INF por sus siglas en inglés) con Rusia, que prohibía este tipo de armas, explicó Billingslea.
Según sus palabras, el nuevo misil, con un alcance de 1.000 kilómetros, es "exactamente el tipo de capacidad defensiva que países como Japón querrán y necesitarán en el futuro".
Este acuerdo para la destrucción de los proyectiles de alcance medio y corto quedó oficialmente cancelado el pasado 2 de agosto de 2019 a iniciativa de la Administración Trump. El Tratado INF fue firmado en 1987 por la Unión Soviética y Estados Unidos con el objetivo de eliminar los misiles balísticos y de crucero con base en tierra con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros, tanto nucleares como convencionales.
El último de los instrumentos bilaterales en el ámbito del control de armas ofensivas estratégicas que queda vigente entre Moscú y Washington es el Tratado START III, que expira en febrero de 2021.
Zhao Lijian aseguró que China apoya el diálogo sobre la extensión del START, dado que este tratado garantiza "no solo la seguridad estratégica de EE.UU. y Rusia, sino también la estabilidad estratégica global". Paralelamente, el portavoz señaló que Pekín "no tiene intención de participar en las llamadas 'negociaciones trilaterales' sobre el control de armas" con Moscú y Washington.
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