La ciudad de Shenzhen, conocida como la 'Silicon Valley de China', se ha convertido en la primera del mundo en desplegar una red 5G completamente autónoma, según anunció su alcalde, Chen Rugui, citado por South China Morning Post.
Los medios locales especifican que la urbe, de más de 12 millones de habitantes, ha alcanzado la cobertura total de una red autónoma 5G sin apoyarse en la infraestructura existente de telefonía móvil 4G.
Hasta el momento, Shenzhen ha construido más de 46.000 estaciones base de 5G, detalló Jia Xingdong, director del departamento de Industria y Tecnologías de Información de la ciudad.
Aunque el usuario medio no necesariamente note la diferencia de una red 5G apoyada en infraestructura 4G, que ya han proporcionado un impresionante impulso a las velocidades de transmisión inalámbrica de datos, una red 5G autónoma, cuya introducción requiere más tiempo e inversión, resulta de gran importancia en aplicaciones industriales como las fábricas inteligentes, al reducir el tiempo de espera y mejorar el rendimiento.
Shenzhen es sede de varios gigantes tecnológicos, como Huawei, ZTE, Tencent, desarrollador de videojuegos y de WeChat, o DJI, el mayor fabricante mundial de drones de consumo, así como de numerosas 'start-ups' especializadas en hardware. De ahí, el gran interés en las aplicaciones industriales de esta tecnología.
Las estaciones base también servirán a una veintena de proyectos, por un valor combinado de 1.600 millones de yuanes (231 millones de dólares) en tecnologías medicinales, de Internet industrial y de transporte, entre otros ámbitos.
Las ambiciones chinas en el 5G se deben en parte al gran impulso dado por el Gobierno, que ha hecho de la expansión de esta tecnología una prioridad estratégica nacional.
El país instaló en su territorio 410.000 estaciones base de 5G para finales de junio y planea superar el medio millón este año para cubrir todas las ciudades por encima del nivel de prefectura.
La competencia presentada por China en esta tecnología ha provocado que Estados Unidos haya obstaculizado el uso de equipos chinos en la construcción de las redes de 5G del país norteamericano. Asimismo, Washington también ha presionado a sus aliados en Europa para que cierren las puertas de sus redes nacionales a las compañías del gigante asiático.