Ronnie Long, un afroamericano de 64 años, fue puesto en libertad el pasado jueves, después que el estado de Carolina del Norte (EE.UU.) presentara una moción en un tribunal federal para anular la cadena perpetua a la que fue condenado en 1976, por presuntamente haber cometido una violación y robo en primer grado contra una mujer blanca, informan medios locales.
Un jurado compuesto exclusivamente por personas blancas halló culpable a Long, que entonces tenía 20 años, de haber violado a punta de cuchillo a Sarah Judson Bost, de 54 años, en su domicilio de Concord, la noche del 25 de abril de 1976. Él siempre se declaró inocente.
Dos semanas después de los hechos, Bost aseguró que reconocía la voz de Long. Más tarde la víctima eligió la fotografía de ese joven, explicando que era el único de los sospechosos que vestía una chaqueta de cuero parecida a la que llevaba su agresor.
En ese momento, tanto la madre de Long como su pareja —con la que tenía un hijo de dos años— dijeron que el hombre se encontraba en una llamada telefónica grupal con ellas cuando se informó que tuvo lugar el ataque. Asimismo, indicaron que el joven se estaba preparando para ir a una fiesta que tendría lugar en Charlotte esa misma noche.
"Patrón preocupante"
Jamie Lau, abogado del acusado, aseveró que los informes forenses que implicaban a otro sospechoso no fueron entregados a la defensa por el Estado y que la policía incurrió en perjurio durante el juicio contra su cliente.
Un grupo de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Cuarto Circuito de EE.UU. dictaminó que los derechos de Long fueron violados cuando las pruebas que apuntaban a su inocencia no se sopesaron durante su juicio en el condado de Cabarrus, y detalló que hubo "un patrón preocupante y sorprendente de supresión deliberada de pruebas materiales por parte de la policía".
En particular, la juez Stephanie Thacker precisó que las pruebas no consideradas incluían resultados de análisis de laboratorio que no vinculaban a Long con la escena del crimen, evidencia de ADN que desapareció y 43 huellas dactilares detectadas en la escena del crimen que no correspondían con las del acusado.
"Jamás volverán a encerrarme"
"La violenta historia racial de este país necesariamente informa del trasfondo de este caso", dijo Thacker, haciendo hincapié en que hubo una "exclusión sistemática" de negros como miembros del jurado. Además, detalló que Long apeló, perdió y presentó una moción de reparación en 1986.
Si bien el caso no está cerrado, lo que significa que los fiscales locales podrían volver a presentar cargos contra el hombre, Lau cree que es poco probable que esto suceda.
"Nunca jamás volverán a encerrarme", declaró Long tras ser puesto en libertad. "Esto es real, voy a tratar de disfrutar cada minuto", añadió, asegurando que es optimista respecto al retiro de los cargos en su contra porque "no hay ninguna prueba". Asimismo, detalló que espera ponerse al día con su familia, pues tiene sobrinos y un nieto a los que todavía no conoce.
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