El Gobierno iraní ha declarado que la explosión que dañó una de las principales instalaciones nucleares de Natanz a principios del mes pasado fue un acto de "sabotaje".
"Las investigaciones de seguridad confirman que fue un sabotaje y lo que es seguro es que se produjo una explosión en Natanz", dijo el portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán, Behrouz Kamalvandi, citado por la agencia estatal de noticias IRNA.
Sin embargo, el funcionario no ha presentado detalles de lo ocurrido debido a "preocupaciones de seguridad", aunque afirmó que las autoridades presentarán más datos "a su debido tiempo".
La planta nuclear de Natanz, gran parte de la cual es subterránea, está situada a 200 kilómetros de Teherán y se dedica al enriquecimiento de uranio. Se considera una de las más importantes del país y es monitoreada por inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la agencia de control nuclear de la ONU.
Algunos funcionarios iraníes han dicho que los hechos del 2 de julio podrían haber sido el resultado de un sabotaje cibernético y han advertido que Teherán tomará represalias contra cualquier país que lleve a cabo tales ataques, aunque no acusaron directamente a ningún país en concreto.
En julio, un artículo de la agencia estatal de noticias de Irán, IRNA, suponía "la posibilidad de sabotaje" por parte de enemigos de Irán como Israel y Estados Unidos.
Sin embargo, el domingo Tel Aviv se negó a ofrecer ningún comentario al respecto.
Tras la explosión, el gobernador de Natanz, Ramezan-Ali Ferdowsi, anunció que se había producido un incendio en el lugar, pero la agencia atómica iraní aseguró que no había víctimas ni contaminación radiactiva.
El director general de la OIEA, Rafael Grossi, dijo el sábado que el lunes realizará su primer viaje a Teherán desde que asumió el cargo, con el objetivo de presionar a Irán para que conceda a los inspectores acceso a dos supuestas antiguas instalaciones atómicas, informa Reuters.