El momento actual es un tiempo de ansiedad para los mercados de petróleo dado que las noticias alcistas han fallado a la hora de elevar los precios significativamente, mientras que la industria se enfrentará a un conjunto de factores negativos en las semanas venideras.
Los precios del crudo no ganaron impulso en las últimas semanas pese a un conjunto de noticias positivas, como por ejemplo el descenso en inventarios e informes de que los productores de la OPEP+ han cumplido con los recortes prometidos.
Ahora los mercados se enfrentan a una nueva fase de ansiedad. Tras un breve y medio animado crecimiento, los precios del crudo han regresado a un nivel familiar por encima de los 40 dólares luego que el Departamento de Trabajo de EE.UU. reportara que las solicitudes iniciales por desempleo totalizaron 1,106 millones la semana pasada. La semana anterior este indicador había caído por debajo de un millón por primera vez desde marzo. Las últimas estadísticas generan dudas sobre la sostenibilidad de la recuperación económica tras la paralización por la pandemia de covid-19.
"Con todos los titulares alcistas que hemos visto en las últimas semanas sobre los inventarios, la inhabilidad de crecer no augura nada bueno. El crudo no consigue romper hacia arriba, y estamos en contango, así que corremos el riesgo de ir hacia abajo", explica a Bloomberg Tariq Zahir, miembro del programa macroeconómico global en Tyche Capital Advisors LLC.
Mientras tanto, la volatilidad en los precios del crudo ha regresado a los niveles precrisis. El portal OilPrice cita tres razones por las que los precios podrían quedarse en el limbo durante un plazo más largo de lo esperado.
1. Nuevo exceso en la oferta
Una enorme sobreoferta y la falta de espacios de almacenamiento fue la mayor razón por la que los precios de crudo se volvieron negativos en abril pasado por primera vez en la historia.
La situación ha mejorado desde entonces, pero ahora hay otra fuente de preocupación ya que, aunque las reservas estadounidenses han estado en descenso en las últimas semanas, el margen de la reducción ha disminuido significativamente.
Según la Administración de Información Energética de EE.UU., el inventario de petróleo en EE.UU. decreció en 10,6 millones de barriles en la semana del 24 de julio, y en las tres posteriores se contrajo en 7,4 millones, 4,5 millones y en tan solo 1,6 millones, respectivamente. Por lo tanto, existe la amenaza de que la tendencia se invierta y las reservas empiecen a crecer, un escenario negativo para los precios del crudo.
Estas preocupaciones surgen en un momento en el que la OPEP+ ha reducido sus recortes de producción en unos 2 millones de barriles al día hasta 7,7 millones.
2. Incertidumbre sobre el covid-19
Las recientes mejoras en los precios del petróleo y los valores se deben en gran parte al optimismo sobre la posibilidad de encontrar una vacuna contra el covid-19. La carrera para desarrollar una vacuna eficaz va a toda vela: actualmente 185 equipos están elaborando medicamentos y siete vacunas han alcanzado la fase final de pruebas.
Sin embargo, el desarrollo de vacunas normalmente es un proceso largo, ya que la máxima prioridad es que el medicamento sea seguro. De lo contrario, se pueden dar casos como el de una reciente vacuna contra el dengue que resultó intensificar la enfermedad en los niños vacunados que fueron expuestos al virus posteriormente.
Sin contar con plazos claros sobre la llegada al mercado de una vacuna viable y segura, la economía global y los mercados de petróleo siguen siendo vulnerables ante una segunda ola del covid-19. Así, la OPEP+ confirmó las preocupaciones del mes pasado de que el ritmo de recuperación de los mercados de petróleo fue más lento debido a la creciente posibilidad de una prolongada segunda ola de la pandemia.
3. El auge de las energías renovables
Cuando los inversores piensan en el nexo del crudo y las fuentes renovables de energía, normalmente consideran cómo los bajos precios del crudo podrían ralentizar el giro hacia la energía renovable. Mientras tanto, no existen pruebas de un efecto negativo para el impulso a la energía verde en tal situación. Al contrario, la demanda de energía renovable ha seguido creciendo durante la pandemia en un momento en que los combustibles fósiles se enfrentan a su mayor caída de demanda de la historia.