El expresidente de Argentina Eduardo Duhalde desató un escándalo al afirmar que las elecciones legislativas del próximo año se suspenderán porque los militares tomarán el poder en el país para interrumpir al gobierno democrático encabezado por Alberto Fernández.
"No va a haber elecciones porque Argentina es la campeona de las dictaduras militares", afirmó el exmandatario peronista, quien gobernó de forma interina entre 2002 y 2003, durante una entrevista televisiva en la que recordó que el país ha tenido como presidentes de facto a 14 dictadores.
"La gente no lo sabe o lo olvida. Quien ignore hoy que el militarismo se está poniendo de nuevo en pie en América es porque no conoce lo que está pasando", dijo al poner en duda los comicios legislativos de Argentina previstos para el 24 de octubre del próximo año, en los que se renovarán parcialmente las bancas de la Cámara de Diputados y del Senado justo cuando Fernández cumpla la mitad de su mandato.
"¿O no sabemos que en Brasil hay un gobierno democrático cívico-militar? ¿o no sabemos lo que es Venezuela, lo que es Bolivia? Sabemos que en Chile las redes y los movimientos han puesto de espaldas al gobierno y quedan nada más como factor de poder el Ejército y los carabineros", señaló.
En Argentina, insistió, no habrá elecciones legislativas porque deberían consensuarse entre todos los actores políticos y borrar las iniciativas que van por el camino opuesto a los acuerdos, cosa que no está ocurriendo.
Cuando un periodista le aclaró que hoy los militares argentinos carecen del poder que tuvieron en otras épocas, Duhalde ironizó. "Ah, entonces no hay clase militar, ajá, no hay", dijo al advertir que las Fuerzas Armadas son una de las instituciones más valoradas por la ciudadanía y especular con su eventual apoyo a un golpe.
Al ser cuestionado directamente si estaba vaticinando un golpe de Estado contra Fernández, aseguró que no era contra el presidente, sino contra Argentina por "el desastre tan grande" que hay actualmente.
Críticas y confirmaciones
Las declaraciones del exmandatario desataron una oleada de críticas, ya que apeló a uno de los grandes fantasmas de un país que comenzó a padecer golpes de Estado en 1930 y que a lo largo del siglo pasado tuvo breves periodos democráticos.
La última dictadura militar gobernó de 1976 a 1983, dejando un saldo de 30.000 desaparecidos y heridas múltiples en una sociedad que todavía hoy sigue exigiendo memoria, verdad y justicia en los juicios por delitos de lesa humanidad que se llevan a cabo en contra de los represores.
Sin embargo, Duhalde redobló la apuesta y esta mañana insistió en anticipar un panorama de violencia política para los próximos meses.
"Digo lo que pienso y no me arrepiento. Yo veo permanentemente que no nos damos cuenta de lo que pasa en la sociedad, sobre todo en la sociedad pobre, en las clases medias que se desmoronan. Estamos viviendo un momento pre-anárquico", dijo en una entrevista radial.
"Cuando el deterioro social llega a un límite de anarquía, ¿saben a qué tiene olor la anarquía? Tiene olor a sangre. Eso es lo que pasa en el mundo. Ustedes tienen el derecho a pensar que todo va a andar bien, que el año que viene va a haber elecciones, pero esperen un poquito, muchachos. Tratemos por lo menos de ver cómo solucionamos el problema de la gente. Está desesperada", argumentó al convocar al gobierno a juntarse con la oposición para alcanzar consensos.
Desde el gobierno, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, salió a desestimar el alarmismo de su compañero de partido.
"Las declaraciones de Duhalde están por fuera de la realidad que vive Argentina. Un golpe de Estado es un escenario absolutamente improbable en nuestro país, las Fuerzas Armadas están absolutamente integradas al sistema democrático quizás como ninguna otra fuerza del continente", aseguró.
Rossi explicó que, gracias a su cargo, el cual ya ocupó también durante la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, mantiene un trato diario con los militares, quienes a diferencia de otras épocas están comprometidos con la democracia y con la Constitución.
"Yo no veo ningún desastre en el horizonte. Tenemos un sistema político que tiene más o menos tensiones, pero es un sistema fuerte", afirmó.