Una lluvia de meteoritos impactó hace tres días en el pequeño municipio de Santa Filomena, en el estado brasileño de Pernambuco. Desde entonces, la ciudad se ha llenado de "cazadores" de esos fragmentos, que llegan de todas parte del país y del extranjero, así como de investigadores dispuestos a encontrar el mejor ejemplar.
La historia la recoge G1 y cuenta cómo un día después de este acontecimiento llegaron los primeros investigadores a la ciudad, compuesta por unos 15.000 habitantes.
"No había lugar para hospedarnos en la posada de la ciudad. Nos quedamos en la casa de un vecino", relató Maria Elizabeth Zucolotto, quien forma parte del equipo del Sector de Meteorito del Museo Nacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Entre 100 y 200 fragmentos
Según explicó Zucolotto, se trata de meteoritos de tipo condrito, es decir, rocosos. "La mayoría de los meteoritos que caen son de este tipo. Son muy importantes porque muestran la formación del sistema solar. Son reliquias que no se modifican desde la época de la formación del sistema solar hace 4.560 millones de años atrás", aseguró.
Junto a los vecinos y los "cazadores", los investigaciones inspeccionan cada día el terreno en busca de piedras. Hasta el 29 de agosto, ya se habían encontrado entre 100 y 200 fragmentos. La pieza encontrada y más codiciada pesa 40 kilos y está bajo protección policial.
Además de buscar piedras destinadas a la investigación científica, Zucolotto también quiere llevar algunas a la colección de meteoritos del Museo Nacional, una de las mayores de Brasil, y que sufrió graves daños durante un incendio en 2018.
Asimismo, la experta comentó que la ciudad quedará registrada como una de las pocas ciudades del país en la que se recuperaron los meteoritos. "Porque los meteoritos caen constantemente. Recientemente cayó uno en los alrededores de la ciudad de Arcoverde, pero nadie encontró nada. Este que cayó en la ciudad, chocó contra los tejados, lo que favoreció su hallazgo", destacó.