El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció este lunes la finalización del proceso de reestructuración de la deuda del país con los acreedores privados, que según el Gobierno tuvo una adhesión del 99 %.
El mandatario encabezó un acto desde la Casa Rosada, junto a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y otros funcionarios.
Según explicó Guzmán, 93,5 % del total de acreedores aceptó la oferta, lo que se eleva al 99,9 % del total por la aplicación de las cláusulas de acción colectivas.
El funcionario aseguró que esto significará para las arcas del Estado un alivio de 37.700 millones de dólares en la próxima década, y una reducción de la tasa de intereses del 7 % al 3,07 %.
Por su parte, el presidente Fernández destacó el esfuerzo que hizo el Gobierno para lograr el objetivo, y agradeció el apoyo del Papa Francisco, su par mexicano Andrés Manuel López Obrador, entre otros líderes.
Para el jefe de Estado, durante la gestión de Mauricio Macri Argentina "perdió su rumbo", ya que, además de tomar deuda a niveles récord, cayó en default, tuvo que soportar grandes devaluaciones y la inflación más alta en 30 años, lo que significó la pérdida de empleo y el cierre de empresas.
"No quiero que esto nos pase más. Pido que grabemos en la memoria aquello que nos duele para que nunca más nos vuelva a doler", manifestó. Y agregó que "la deuda no la van a pagar los que peor están, los que más necesitan".
El cierre de una larga negociación
El pasado 4 de agosto, el Ministerio de Economía anunció un acuerdo por el canje de la deuda con tres grupos de acreedores de bonos bajo legislación extranjera —2005, 2010 y 2016—, por más de 66.000 millones de dólares.
Para ello el país suramericano emitió 13 bonos en euros y dólares, con vencimientos entre 2028 y 2046, a los que se suman títulos específicos con vencimiento en 2030 para el pago de intereses devengados.
Los nuevos bonos serán intercambiados por los 21 títulos argentinos en circulación elegidos para la operación. Con esto, el país consiguió postergar vencimientos entre 2020 y 2024 por un monto total de 63.664 millones de dólares, con un "un alivio de 37.700 millones de dólares" en capital e intereses.
El acuerdo llega después de un largo periodo de negociaciones. El 21 de enero pasado Argentina anunció la intención formal de reestructurar su deuda. Tres meses después, el 21 de abril, el ministro Guzmán presentó ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés), el órgano de contralor bursátil de EE.UU., la propuesta oficial, enmendada en dos oportunidades ante el rechazo de los grupos acreedores más duros.
Tras el acuerdo de agosto, el próximo viernes 4 de septiembre quienes hayan ingresado a la operación tendrán en sus cuentas los nuevos bonos, con menores intereses y vencimientos más largos.
En tanto, quienes en un comienzo no aceptaron la propuesta deberán acogerse debido a que el nivel de adhesión supera los umbrales necesarios previstos en los distintos tipos de bonos, según la aplicación de las Cláusulas de Acción Colectivas (CAC).
Esto resuelve solo una parte de la deuda de Argentina. La semana pasada, el Gobierno inició formalmente conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a fin de renegociar el acuerdo con el organismo por el préstamo contraído durante la gestión anterior, por 45.000 millones de dólares.
El objetivo de la Casa Rosada es cambiar las condiciones del convenio, buscando sostenibilidad de pago y teniendo en cuenta la crisis económica que atraviesa la nación, agravada por la pandemia.