Paul Rusesabagina, retratado en la película 'Hotel Ruanda' como un héroe que salvó la vida de más de 1.200 personas durante el genocidio ocurrido en ese país africano en 1994, ha sido arrestado por la Policía ruandesa por cargos de terrorismo, informa Associated Press.
Rusesabagina, de 66 años, es un destacado crítico del presidente ruandés Paul Kagame, a cuyo gobierno califica de dictadura. Pese a que ha estado viviendo fuera de su país natal desde 1996, inicialmente en Bélgica y luego en EE.UU, la Policía lo presentó a la prensa esta semana en Kigali, capital de Ruanda, sin explicar dónde fue detenido y sin presentar los cargos formalmente.
"Se sospecha que Rusesabagina es el fundador, líder, patrocinador y miembro de grupos terroristas violentos, armados y extremistas, incluido el Movimiento de Ruanda para el Cambio Democrático que opera en varios lugares de la región y en el extranjero", comunicó la Policía, señalando que el arresto se llevó a cabo "a través de la cooperación internacional".
¿Acusaciones "inventadas"?
Por su parte, su familia ha acusado a las autoridades ruandesas de haberlo secuestrado. Una de las hijas del detenido relató que su padre viajó la semana pasada a Dubái, Emiratos Árabes Unidos, donde alega que fue raptado y llevado al país africano. Asimismo, afirmó que durante mucho tiempo su progenitor ha sido un objetivo del Gobierno ruandés debido a sus críticas y tachó de "inventadas" las acusaciones en su contra.
Paul Rusesabagina, un hutu casado con una tutsi, ha negado en el pasado esas acusaciones. Su persona alcanzó fama internacional tras ser interpretado por el actor estadounidense Don Cheadle en la película 'Hotel Ruanda', que cuenta la historia de cómo usó sus influencias con la élite hutu para proteger a los tutsis que huían de las masacres de 1994. Esta labor le hizo ganar numerosos honores internacionales, incluida la Medalla Presidencial de la Libertad de EE.UU. en 2005.
Para algunos sobrevivientes del genocidio, sin embargo, el arresto de Rusesabagina es una buena noticia, porque, según aseguran, el exgerente del Hotel des Mille Collines de Kigali cobraba dinero a quienes huían para permitirles refugiarse en su establecimiento. Mientras, otros lo acusan de explotar el genocidio ruandés con fines comerciales.