Un afroamericano de 41 años murió asfixiado en el estado de Nueva York (EE.UU.) después de que la Policía le colocara una bolsa en la cabeza y lo inmovilizara contra el pavimento por cerca de dos minutos, según se desprende de una grabación publicada este miércoles y de reportes forenses citados por medios locales.
El hecho tuvo lugar el pasado 23 de marzo en la ciudad de Rochester cuando el hermano de Daniel Prude llamó a emergencias después de verle salir corriendo a la calle en medio de la lluvia. En la víspera del incidente, el hombre fue trasladado a un hospital tras presentar signos de problemas mentales, recoge The New York Times.
Un video grabado por las cámaras corporales de los policías desplazados al lugar muestra a Prude tumbándose en el suelo y a los agentes colocándole una bolsa especial en la cabeza después de esposarlo, aparentemente para evitar que escupiera sobre ellos debido a que había estado gritando que tenía coronavirus.
Casi enseguida, el hombre comenzó a moverse y a gritar mientras que uno de los policías presionó su cabeza contra el suelo, otro agente colocó una rodilla en su espalda y un tercer policía le sujetaba las piernas, al tiempo que le pedían que dejara de escupir y se calmara.
Para cuando llegaron los médicos a la escena, el sujeto ya había dejado de reaccionar, por lo que fue trasladado a un centro hospitalario mientras trataban de reanimarlo. Prude falleció una semana después en el hospital luego de que le desconectaran el soporte vital que lo mantenía con vida.
La autopsia realizada al cuerpo determinó que la muerte se debió a un homicidio provocado por "complicaciones por asfixia en restricción física". Los forenses también establecieron que el "delirio excitado" que padecía la víctima y una intoxicación aguda por la ingestión de varios fármacos también contribuyeron a su estado.
Los familiares de la víctima han exigido el despido de los policías involucrados en el arresto y que sean procesados. De acorde a los informes, los oficiales aún siguen ejerciendo sus funciones. El hermano del fallecido, Joe, describió la muerte de Daniel como un "asesinato a sangre fría" y acusó a los uniformados de tratarlo "como un maldito animal".
A raíz de la publicación de las imágenes, decenas de manifestantes marcharon en la ciudad de Rochester para exigir justicia en lo que denuncian como otro ejemplo de abuso policial. Por su parte, la procuradora general de Nueva York, Laetitia James y las autoridades locales de la Policía afirmaron que se trata de una "tragedia" y que están investigando el suceso.