México ocupa actualmente el primer puesto entre los países del mundo en los que más profesionales sanitarios han fallecido a causa del covid-19, tal como indica un reciente informe de la organización Amnistía Internacional (AI).
Ni siquiera los sistemas sanitarios de Brasil o EE.UU., los países más golpeados por la pandemia en términos absolutos, se han visto tan afectados por la incidencia mortal del virus en este sector.
"Nosotros creemos que muchas de estas muertes se podrían haber evitado si hubiéramos tenido los protocolos y los insumos necesarios", asegura el portavoz de la Unión Nacional de Trabajadores por la Salud, Rafael Soto, que critica que las autoridades se han ocupado de "fabricar números" y de "crear una realidad propagandística que no tenía que ver con lo que estaba pasando en la trinchera".
Soto se muestra convencido de que "en los hospitales se hubieran ahorrado muchas de estas muertes" con una gestión sanitaria correcta.
Las cifras contradicen el discurso oficial
El mencionado informe de AI destaca que en México más de 104.000 profesionales sanitarios –entre los que se cuentan doctores, enfermeros, laboratoristas, dentistas, paramédicos y camilleros– han dado resultados positivos en pruebas de coronavirus, lo que arroja un llamativo dato nacional: el 17% del total de las personas infectadas en el país trabajan en el sector de la sanidad.
"Casi uno de cada cinco contagios en México lo ponemos nosotros, los trabajadores de la salud", redondea Soto al respecto.
El discurso de los profesionales de este castigado sector contrasta abiertamente con el de las autoridades competentes, que aseguran públicamente y con frecuencia que el personal médico cuenta con el material suficiente y necesario para hacer frente a la pandemia. Mientras tanto, los sanitarios han salido a las calles en múltiples ocasiones para protestar por la falta de materiales o por su dudosa calidad, así como por la escasez de test de coronavirus para los trabajadores de los centros médicos.
"Gracias a que estuvimos levantando la voz, luchando y saliendo a marchar a las calles logramos que empezaran a hacer las pruebas", reivindica Soto, que no obstante señala que "desafortunadamente no son suficientes".
Pero las autoridades gubernamentales insisten en relativizar las cifras y niegan que el de la salud haya sido un sector especialmente golpeado por la pandemia. "La cifra que estamos obteniendo del total de personas que fallecen o, en este caso, de profesionales de la salud que fallecen, se deben a un modelo de vigilancia epidemiológica, o a como el país lleve a cabo el registro de su mortalidad; y eso puede cambiar de país a país", ha explicado el director de epidemiología de la Secretaría de Salud de México, Jose Luís Alomía.
Otra de las críticas que lanza el sector sanitario a través de su vocero Rafael Soto se dirige al "papel abominable" que han jugado los sindicatos en esta situación. En opinión del portavoz, estas organizaciones "deberían representar a los trabajadores y a sus demandas", y "levantar la voz para exigir insumos", pero a su modo de ver, en lugar de eso "han jugado este juego de simulación, de ocultar los números, de reprimir a los trabajadores que levantan la voz para decir que las cosas no están bien", supuestamente mediante sanciones y despidos.