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CaixaBank-Bankia: la macrofusión bancaria en España que podría dar origen a otro 'too big to fail'

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La operación está pendiente de concretarse e involucra a la tercera y cuarta entidad bancaria más importantes del país.
CaixaBank-Bankia: la macrofusión bancaria en España que podría dar origen a otro 'too big to fail'

CaixaBank y Bankia, dos de las mayores entidades financieras de España, anunciaron que se encuentran estudiando su fusión.  Una noticia bomba que ha sido recibida de manera ambivalente: los mercados están de enhorabuena y lo han celebrado con subidas de los precios de sus acciones; el Gobierno de España, por boca del presidente Pedro Sánchez, ha dado su visto bueno; y la consumidores y contribuyentes observan con recelo la operación.

Si la fusión se concreta, España asistiría al nacimiento de un gigante de aproximadamente 650.000 millones de euros en activos: el mayor grupo bancario del país y el décimo de la Unión Europea (UE). Aunque podría estar lista a mediados de este mes de septiembre, aún necesitaría el visto bueno de las autoridades reguladoras.

De momento se especula que la nueva sede estará ubicada en la ciudad de Valencia, donde se encuentra actualmente la de Caixabank, después de que la entidad catalana decidiera trasladarla desde Barcelona, tras el referéndum independentista de 2017.

¿Quién es quién?

Los dos actores principales de este baile son importantes figuras en el panorama económico español.

  • Bankia

Bankia es actualmente el cuarto mayor banco español. Al finales de 2019 contaba con 2.275 oficinas y 16.035 empleados, alcanzando casi el 10 % del mercado del país. Nació de la fusión en 2010 de Caja Madrid, Bancaja, la Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja, a las que en 2018 se les unió el Banco Mare Nostrum.

En 2012, tras suspender su cotización en bolsa, se convirtió en protagonista del mayor rescate bancario de la historia del país. A los 4.465 millones de euros recibidos del FROB (el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, creado con motivo de la crisis de 2008), en 2010 se le sumó una inyección de otros 19.000 millones de euros de dinero público.

Como consecuencia, actualmente el 61,77 % del accionariado de Bankia es de titularidad pública. Además, el Banco de España ya ha calculado que como máximo recuperará 9.857 millones de euros del total invertido en la entidad, es decir, tan solo el 41 %.

En este escenario, las voces críticas cargan contra la posible fusión con CaixaBank y exigen que la intervención pública, iniciada durante la crisis, se complete hasta llegar al 100 %. Además, solicitan que el banco pase a ser una entidad pública al servicio de los ciudadanos y de la economía del país.

Si se termina llevando a cabo la operación de fusión, el Estado pasaría de tener una participación de control en un gran banco a una minoritaria en otra gran entidad financiera, lo que empeoraría su situación.

  • CaixaBank

Caixabank es la tercera entidad bancaria de España. En 2018 tenía 386.622 millones en activos, 5.110 oficinas y 37.440 empleados. Su origen fue La Caixa, una compañía catalana, pero desde 2012 ha absorbido a Banca Cívica (a su vez compuesta por Caja Navarra, CajaSol, CajaCanarias y Caja de Burgos), al Banco de Valencia y a Barclays España.

Esta entidad ya estuvo en el foco mediático con motivo del referéndum ilegal de autodeterminación, celebrado en octubre de 2017, en Cataluña. En ese entonces, tomó la decisión de trasladar su sede central desde Barcelona hasta Valencia, con el fin de enviar el mensaje de que la posible independencia catalana no era buena para sus negocios.

La Unión Europea y el Gobierno de España proclives a vender la participación pública

Todavía quedan algunos días para que la operación se cierre. La propuesta debe ser aprobada por los dos consejos de administración que, posteriormente, deben convocar a sus juntas de accionistas para recabar su visto bueno.

Pero las dudas recaen acerca de la participación del Estado en un conglomerado que se convertirá en el mayor del país, y que se cree que puede lastrar su cotización en bolsa. Ahora, a través del FROB, el Estado español controla más del 60 % de Bankia, aunque su participación se reducirá hasta el entorno del 14-16 % en la entidad resultante.

Algunos expertos opinan que tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Comisión Europea (CE) presionarán para que el Estado español se deshaga de su participación, de manera que el sector público salga de todas las entidades en las que invirtió con motivo de la crisis de 2008 puesto que, para la UE, todas las entidades salvadas con fondos públicos compiten de manera desleal.

En cuanto al Gobierno presidido por Pedro Sánchez, aún no se sabe cual es su postura, aunque en principio estiman hasta finales de 2021 como plazo para vender su participación en Bankia. Este lunes, Sánchez aseguró en una entrevista en la televisión pública que su objetivo es maximizar la cantidad que se recupere del rescate de 24.000 millones que se llevó Bankia, sin apoyar la tesis de su socio de Gobierno, Unidas Podemos (UP), de que esa entidad se convierta en banca pública al 100 %.

La concentración bancaria en España

Según el Banco Central Europeo, en 2018 se estimaba que la concentración de cuota de mercado de las cinco entidades bancarias más grandes (C5) de España se acercaba al 70 %. En concreto, el Banco Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y el Banco de Sabadell acumulaban el 68,5 % del total.

Pero, además, la concentración en el país íbero es ascendente. Así, en 2014, las cinco entidades más potentes representaban el 58,3 % del mercado; en 2015, el 60,2 %; el 61,2 % en 2016; y el 63,7 %, en 2017. Con la fusión anunciada ahora, la competitividad de este sector puede verse seriamente comprometida.

La fotografía es muy distinta en los países del entorno a los que España mira como referentes. En Alemania, los cinco grandes suman apenas el 29,1 %; en Reino Unido, el 31,8 %; y en Francia, el 47,8 %. En estas tres naciones, la tendencia es hacia la diversificación.

La situación de España —que con la fusión de Bankia y Caixabank daría entrada en su C5 a otra entidad, Bankinter—superaría entonces ampliamente el 70 %, un panorama más parecido al de otros socios europeos como Grecia (96,8 %), Estonia (91,1 %), Lituania (90,9 %) o Chipre (86,9 %), que apuntan hacia la condensación del mercado en menos manos.

Demasiado grandes para dejarlos caer: 'too big to fail'

Además de los problemas a nivel de competencia, el tamaño de este tipo de entidades también se considera un riesgo moral, debido a su carácter sistémico.

Una compañía bancaria es considerada sistémica cuando su quiebra podría afectar al conjunto de una economía de un país o incluso tener impacto global. En el caso de España, ya cuenta con una entidad de este tipo, el Banco Santander. Si se produce la fusión Caixabank-Bankia, el conglomerado resultante podría superar los 609.000 millones de euros de activos del primero.

El concepto 'too big to fail', demasiado grande para caer, se hizo conocido a raíz de la crisis económica de 2008, cuando en todo el mundo se tuvieron que aprobar rescates con dinero público de entidades bancarias para sostener la economía.

De hecho, es algo que se conoce muy bien en España, que tuvo que pedir prestado a la Unión Europea para salvaguardar su sistema financiero, a cambio de draconianos recortes de su sistema público. Las ayudas, que se cifran en 60.000 millones euros, ya se han dado, en su mayoría, por perdidas.

Dos entidades sistémicas podrían ser un peso demasiado grande para soportar por la cuarta economía de la eurozona.

En vía opuesta, EE.UU. —un país nada propenso a establecer limitaciones al libre mercado— ya inició en 2010, bajo el mandato del presidente Barack Obama, una reforma de su sistema financiero para limitar el tamaño de los bancos, después de que en 2008 se tuviese que aprobar el TARP, un plan de rescate que ponía a disposición del Tesoro estadounidense hasta 700.000 millones de dólares para la compra de deuda tóxica de los bancos.

El precio social: reducir costes y mejorar la rentabilidad

Esta política de fusiones de los últimos años ha tenido un efecto bien distinto en el número de sucursales y de empleados de estas compañías. Entre 2014 y 2018, el sector bancario ha perdido en España 5.833 sucursales y más de 22.000 trabajadores.

Ahora, la unión de CaixaBank y CaixaBank daría a luz una entidad con más de 51.000 empleados y más de 6.000 oficinas en el país, por lo que es seguro que la operación acarrearía cierre de oficinas y despidos, sobre todo en aquellos territorios en los que ambas tuviesen una implantación mayor.

La situación no es halagüeña a nivel social para un país con un desempleo estructural, en un momento en el que la crisis sanitaria del coronavirus ha provocado el cierre de negocios y la pérdida de puestos de trabajo que todavía están por cuantificar.

Nuria López

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