El delicado ecosistema del atolón de Aldabra (Seychelles), en el océano Índico, considerado como uno de los mayores atolones de coral elevados del mundo y Patrimonio Mundial de la Unesco, está gravemente amenazado por la contaminación de alrededor de 500 toneladas de basura plástica.
De acuerdo a un comunicado emitido por la Universidad de Oxford, durante 2019, en un esfuerzo conjunto realizado por investigadores de la institución británica y la Fundación de las Islas Seychelles, se llevó a cabo un programa de limpieza en el que recogieron cerca 25 toneladas de plástico de Grande Terre, la mayor de las cuatro islas que componen el atolón.
Durante las cinco semanas que duró la campaña, el 83% de la basura recogida correspondió a artículos relacionados con la pesca y el 7% a chanclas de plástico. Sin embargo, de este último objeto, se calcula que aún quedan por recoger unas 360.000 unidades.
El atolón es hogar de la última población restante de tortugas gigantes del océano Índico ('Aldabrachelys gigantea') y proporciona uno de los mayores sitios de anidación de las tortugas verdes ('Chelonia mydas'), en peligro de extinción, de acuerdo a la Unesco.
Del mismo modo, alberga grandes colonias de aves marinas y terrestres endémicas. Además, la biomasa de peces y tiburones existente en sus extensos ecosistemas de arrecifes de coral y manglares constituye una de las más elevadas del océano Índico, indica el organismo internacional.
Basado en la experiencia de 2019, el equipo ha estimado que la remoción de la basura plástica de la isla costaría aproximadamente unos 4,68 millones de dólares y requeriría 18.000 horas-hombre de trabajo.
El reporte completo de la proyección de los costos de limpieza y los trabajos de recolección de basura fue publicado recientemente en Nature Scientific Reports.