A sus 84 años, Rosa María Insúa ha encontrado la respuesta a una incógnita que ha marcado su vida entera: el paradero de su padre, declarado "desaparecido" al inicio de la Guerra Civil española (1936-1939), y cuyos restos han sido finalmente localizados en una fosa común de El Espinar, una localidad de la provincia de Segovia, situada a pocos kilómetros de Madrid.
El anillo de boda que su padre llevaba en el momento en que fue fusilado ha servido para identificar el cadáver tras una exhumación impulsada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Los miembros de esta organización hicieron llegar la alianza a Rosa María, que por fin puede reconstruir con certeza la historia de Eugenio Juan Insúa, su progenitor.
El 21 de julio de 1936, en los inicios de la contienda, Eugenio decidió unirse a la lucha armada para defender la sierra de Madrid del asedio fascista, junto a un grupo de empleados de la Casa de la Moneda, donde él mismo trabajaba. Cuatro días más tarde, el día 25, fue víctima de una emboscada y acabó fusilado en la Plaza Mayor de El Espinar junto a otros 16 combatientes del bando republicano y posteriormente enterrado en una fosa común.
El anillo encontrado durante la exhumación lleva grabada la fecha en que Eugenio se casó con su prometida Irene, el 1 de junio de 1931.
"Qué alegría, siempre pensamos que estaba aquí, pero esto nos da mucha certeza", dijo a Reuters su hija Rosa María, residente en el propio municipio de El Espinar.
Por su parte, el vicepresidente de la ARMH, Marco González, se mostró esperanzado en que "el cadáver sea genéticamente identificado para que su familia pueda incinerarlo donde ellos quieran, y no donde decidieron sus asesinos".
Con un tono menos optimista, González definió este hallazgo como "una gota en el océano". "Hay 114.226 personas desaparecidas [en el contexto de la Guerra Civil y la represión franquista]", añadió, explicando que su asociación "está tratando de resolver una pequeña parte de este problema sin ninguna ayuda pública".
Nuevas medidas gubernamentales
Sin embargo, eso podría cambiar en breve. Esta misma semana, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha dado luz verde al anteproyecto de Ley de Memoria Democrática, una norma que impulsará los trabajos de exhumación e identificación de las víctimas de la represión fascista durante la Guerra Civil y la dictadura. Además, quedará definitivamente prohibida la existencia de organismos que enaltezcan el régimen franquista y se anularán multitud de sentencias dictadas bajo el mandato del dictador Francisco Franco (1939-1975).
Uno de los principales objetivos de esta reforma legislativa es la de acometer –y dotar económicamente– los trabajos necesarios para erradicar las fosas comunes que existen a lo largo de toda la geografía española, y aclarar el paradero de los casi 115.000 desaparecidos a los que hace referencia el vicepresidente de la ARMH.
Desde el Gobierno han habilitado una partida presupuestaria para la recuperación de restos de víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura que asciende a unos 750.000 euros. De esa cantidad, 450.000 se destinarán específicamente a la investigación, localización, exhumación e identificación de personas desaparecidas en fosas, como se hallaba Eugenio Juan Insúa hasta hace escasos días. El dinero se repartirá mediante una convocatoria de ayudas públicas a las que la ARMH podría optar.
No obstante, la ARMH no está de acuerdo con la política de subvencionar los trabajos de exhumación y recuperación de las víctimas, ya que considera que estos deben ser íntegramente financiados desde la administración, y no desde entidades privadas subvencionadas.
En el anteproyecto recién validado por el Gobierno español también está prevista la creación de un banco de ADN de las víctimas que permita la identificación de los restos recuperados y facilite el encuentro de familiares desaparecidos, como el que acaba de tener lugar en El Espinar.