Los precios del oro van a subir y finalizarán el año por encima de los 2.000 dólares por onza, al tiempo que las principales economías del mundo mantienen sus tasas de interés a niveles bajos, según algunos expertos.
En una entrevista concedida a Kitco News, Adrian Day, director de Adrian Day Asset Management, afirmó que sigue creyendo en el potencial alcista del oro, en tanto que el dólar está entrando en una nueva larga tendencia a la baja debido a la extremadamente relajada política de la Reserva Federal.
Según Day, será imposible para el banco central de EE.UU. retirar los billones de dólares que inyectó en los mercados financieros para respaldar la economía devastada por la pandemia de covid-19.
"Recuerden los finales de 2018, que ahora parecen raros, cuando la Fed empezó a elevar las tasas y el mercado de valores se puso histérico, por lo que se dio marcha atrás. Existe una expresión: cuando eres un martillo, todo parece un clavo. Es igual con la Fed", señaló el experto.
Sostiene además que la Fed no podrá mejorar su hoja de balances, dado que los mercados ya son adictos a los estímulos monetarios y harán falta más para seguir apoyando los mercados de valores.
"La Fed está fuera de control. [Su presidente] Jerome Powell ha dicho que no hay límites. No hay líneas rojas", subrayó.
También Laurence Balanco, del grupo de inversiones CLSA, con sede en Hong Kong, se mostró optimista sobre los precios del oro.
Ese metal ha "pasado el impulso, el sentimiento y los extremos de posicionamiento vistos en el pico, y parece que va a reanudar su tendencia alcista", le comentó a Fox Business.
El precio del oro llegó a 2.051 dólares por onza el pasado 6 de agosto y varios días más tarde cayó en más de 100 dólares, oscilando desde entonces entre los 1.900 y 2.000 dólares. El miércoles se cotizó en 1.960,20. Balanco cree que un cierre por encima de 1.966,60 confirmaría una ruptura al alza, que apuntaría a entre 2.185 y 2.200 dólares.
Los metales están recibiendo apoyo de la política monetaria. Este jueves, el Banco de Japón mantuvo su tasa clave en -0,1 % y advirtió que la economía sigue en estado de desafío, aunque muestra algunos signos de recuperación. El Banco de Inglaterra también mantuvo su política en suspenso.
Estos anuncios se dan a conocer un día después que la Fed refrendara su tasa de referencia de entre 0 % y 0,25 % y sugiriera que no tocará los tipos de interés hasta el 2023.