Cientos de personas se manifestaron la noche de este jueves en las calles de Tel Aviv para expresar su descontento por las medidas de confinamiento impuestas por segunda vez por las autoridades de Israel desde el inicio de la pandemia.
Las restricciones limitarán la movilidad de los ciudadanos, cerrarán las puertas de la mayoría de los negocios e impondrán nuevamente el distanciamiento social. En opinión del primer ministro Benjamín Netanyahu, se trata de una medida necesaria luego de que los hospitales "dieran la voz de alarma" a raíz de un pico de casos de covid-19.
En declaraciones a Ruptly, una manifestante identificada con el nombre de Dikla dijo que el aislamiento busca transformar a los israelíes en "ovejas sumisas y reprimidas", mientras que otra mujer presente en la protesta cree que el pueblo "ya ha tenido suficiente" y "no va a aceptar ninguna vacuna".
A mediados del pasado mes de mayo, el país hebreo registraba apenas dos casos de covid-19. Sin embargo, desde entonces los contagios no han dejado de aumentar, superando actualmente a los 175.000 infectados, con casi 6.000 contagios diarios.
Ante esta situación, las autoridades introdujeron una serie de restricciones que prohíben alejarse más de 500 metros del domicilio y las reuniones de más de 10 personas.
Las medidas se mantendrán en vigor durante tres semanas, un periodo que coincide con el Año Nuevo Judío y el Día del Perdón, fiestas en las que suelen reunirse los familiares y amigos.
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