Las olas de calor en los océanos de todo el mundo se han vuelto 20 veces más frecuentes como resultado del cambio climático antropogénico, además de aumentar su duración y temperatura, sostiene un nuevo estudio publicado en la revista Science, que subraya la necesidad de una acción climática importante a fin de reducir el riesgo para los ecosistemas.
El estudio, realizado por científicos marinos de la Universidad de Berna (Suiza), examinó mediciones satelitales de las temperaturas de la superficie del mar entre 1981 y 2017.
Los científicos descubrieron que en la década de 1980 se registraron en todo el mundo 27 grandes oleadas marinas de calor, que en promedio duraron 32 días y alcanzaron temperaturas máximas de 4,8 grados centígrados por encima de la media. Entretanto, en la última década analizada ocurrieron 172 importantes oleadas, que duraron 48 días en promedio y tuvieron temperaturas máximas de 5,5 grados por encima de lo normal.
Impacto en los ecosistemas
Las oleadas marinas de calor pueden aumentar la mortalidad de aves, peces y mamíferos marítimos, desencadenar floraciones de algas nocivas y reducir en gran medida el suministro de nutrientes en el océano, además de provocar el blanqueamiento de los corales, desencadenar migraciones de peces hacia aguas más frías y contribuir al fuerte declive de los casquetes polares, sostienen los científicos en un comunicado.
"Las recientes olas de calor han tenido un grave impacto en los ecosistemas marinos, que necesitan después mucho tiempo para recuperarse, si es que alguna vez se recuperan por completo", explica Charlotte Laufkötter, autora principal del estudio.
Los investigadores advierten que, si bien en la época preindustrial las olas extremas de calor marino solo ocurrían una vez en cientos o miles de años, en el futuro se pueden convertir en la norma. Si la humanidad logra limitar el calentamiento global a 1,5 grados —el objetivo del Acuerdo Climático de París—, eso solo se producirá una vez cada década o siglo. Sin embargo, si las temperaturas aumentan en tres grados, podrían ocurrir una vez al año o cada década, alertan los autores del estudio.
"Los objetivos climáticos ambiciosos son una necesidad absoluta para reducir el riesgo de oleadas de calor sin precedentes en los mares", enfatiza Laufkötter, argumentando que su contención es "la única forma de prevenir la pérdida irreversible de algunos de los ecosistemas marinos más valiosos".
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