Un aficionado a la jardinería contrae de la tierra de una maceta una infección mortal que le 'disolvió' el cerebro
Un apasionado a la jardinería murió en Georgia (EE.UU.) tras contraer de una maceta una infección que acabó convirtiendo su cerebro en un líquido viscoso, según un estudio publicado la semana pasada en la revista New England Journal of Medicine.
La víctima, de 82 años, se expuso a tierra contaminada probablemente al llenar una maceta para sus plantas. A lo largo de las dos semanas siguientes, el hombre se fue debilitando y enfermando, hasta que tuvo que ser ingresado en un hospital.
La infección fue causada por un tipo de ameba que se encuentran comúnmente en el suelo, el polvo y cuerpos de agua. El informe realizado por investigadores de la Universidad Emory en Atlanta señala que un día después de ser ingresado, el lado derecho de su cuerpo se debilitó completamente, además de desarrollar un "estado mental alterado" y diversos problemas cognitivos.
An 82-year-old man presented with generalized weakness. He had rapidly progressive neurologic symptoms and died 9 days later. Autopsy showed liquefactive necrosis of the brain, and a diagnosis of granulomatous amebic encephalitis was made.
— NEJM (@NEJM) September 29, 2020
Pese a que los especialistas le administraron medicamentos contra la meningitis bacteriana, nueve días después, el hombre falleció. El paciente también tenía antecedentes de linfoma, un tipo de cáncer de la sangre.
Una autopsia realizada al anciano reveló necrosis por licuefacción del cerebro y se realizó el diagnóstico de encefalitis amebiana granulomatosa. Esta condición se caracteriza por la disolución parcial o completa del tejido muerto, en este caso del cerebro, y la transformación en una masa líquida y viscosa, recoge The Science Times.
"Este tipo de ameba puede causar principalmente síntomas neurológicos, eso es lo que tenía nuestro paciente, donde estaba más confundido con el tiempo, padecía de fuertes dolores de cabeza. A medida que pasaba el tiempo, desarrolló convulsiones y luego tuvo una anomalía neurológica", explicó Ishan Mehta, autor del estudio.
Los especialistas advierten que este microorganismo puede ingresar al cuerpo al ser inhalado o mediante el contacto directo con la piel y acceder al torrente sanguíneo. Y aunque algunas personas pueden tener esta ameba en sus cuerpos sin desarrollar síntomas, sí puede representar un riesgo "para pacientes que tienen un sistema inmunológico muy comprometido".