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España en vilo: la dudosa gestión madrileña de la pandemia desemboca en una guerra abierta con el Gobierno de Sánchez

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El principio de acuerdo sobre medidas restrictivas para todas las ciudades de más de 100.000 habitantes que superen unos criterios epidemiológicos consensuados es rechazado por Madrid en el último momento.
España en vilo: la dudosa gestión madrileña de la pandemia desemboca en una guerra abierta con el Gobierno de Sánchez

El Gobierno de Pedro Sánchez y el regional de la Comunidad de Madrid (CAM), presidido por Isabel Díaz Ayuso, continúan con el enfrentamiento abierto que han protagonizado desde que estalló la crisis sanitaria del coronavirus, a pesar de que parecía que esta semana llegaba la tregua.

Los representantes de los dos ejecutivos manifestaban el martes haber llegado a un principio de acuerdo sobre las medidas a tomar para volver a doblegar la curva de contagios, disparada en esta segunda ola de nuevo principalmente en la región madrileña. Un pacto que debía ser ratificado por el Consejo Interterritorial de Salud, que reúne a los responsables de Sanidad de todas las Comunidades autónomas así como al Ministerio de Sanidad, pero cuyo encuentro en la tarde de este miércoles ha finalizado sin acuerdo.

¿Qué se había acordado?

Lo pactado la pasada jornada debía afectar no solo a los residentes de Madrid, sino a todos aquellos que vivan en ciudades de más de 100.000 habitantes. Así, en estas poblaciones (67 en todo el país, en las que viven más de 18 millones de personas) se deberían tomar medidas restrictivas cuando se alcancen los siguientes tres parámetros:

  • Una incidencia acumulada en los últimos 14 días de más de 500 casos cada 100.000 habitantes.
  • Más de un 10 % de positivos en las pruebas diagnósticas realizadas.
  • Ocupación de las camas UCI superior al 35 %.

En el caso de la región de Madrid la incidencia acumulada está cercana a 800, la positividad supera el 20 % y la ocupación UCI ya se encuentra por encima del 40 %, por lo que en la capital del país y en los grandes municipios del sur de la región se deberían implementar las limitaciones de inmediato.

Según confirmó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en rueda de prensa, las localidades que cumplan esos criterios deberán limitar los movimientos de sus ciudadanos, que no podrán entrar ni salir de sus municipios; reducir los aforos y los horarios de los locales comerciales; limitar reuniones a un máximo de seis personas; y reforzar su sistema sanitario.

¿Qué dice Madrid 24 horas después?

Tan solo 24 horas después de que se filtrara este principio de acuerdo, la Comunidad de Madrid ha emitido un comunicado que dice textualmente: "Se debe tener en cuenta que la ciudad de Madrid es un conjunto de 21 distritos, de los que 18 superan los 100.000 habitantes, y que los índices no se pueden aplicar a toda la ciudad".

Además, el Ejecutivo autonómico ha pedido que los criterios no se ciñan solo "a los tres indicadores conocidos en las últimas horas" y ha propuesto la creación de otra comisión, esta vez una "de diálogo con criterios técnicos y científicos, y también legales", en lo que se ha interpretado como un intento de continuar sin tomar medidas drásticas.

El texto difundido por la Comunidad de Madrid también se refiere a la necesidad de "conocer la base científica y técnica que avala el nuevo criterio de los 500 contagios por cada 100.000 habitantes", a pesar de que los organismos internacionales ya han consensuado que un índice mayor a 200 es muy preocupante y es el límite en el que se deberían tomar medidas restrictivas y efectivas para la lucha contra la pandemia.

Victoria pírrica de Díaz Ayuso

El principio de acuerdo que se había alcanzado se había considerado por muchos como una victoria pírrica de Isabel Díaz Ayuso. Aunque le había permitido llegar a acuerdos de alcance nacional, situándose en el plano político que había buscado durante toda la gestión de la crisis sanitaria, las medidas que se debían adoptar finalmente solo se llevarían a cabo en ciudades madrileñas.

Además, este pacto también había sido visto como una forma de acabar con la inactividad de este Gobierno regional.

El enfrentamiento entre Administraciones como forma de gestión

Desde que la pandemia hizo acto de presencia en el país la presidenta madrileña se alzó como la principal contrincante de Pedro Sánchez, criticando cada una de las medidas que el presidente llevaba a cabo para luchar contra su propagación.

Así, Díaz Ayuso fue especialmente crítica con la tardanza en decretar el estado de alarma el 14 de marzo. Posteriormente también fue muy dura criticando que no se levantara ese mismo estado de alarma y exigiendo que se dejara la gestión a las Comunidades Autónomas que son quienes, en circunstancias normales, tienen las competencias en Sanidad. Así, el 8 de mayo, la política madrileña llegó a declarar: "Yo soy la responsable de que esto salga bien o mal. Lo asumo y lo asumiré".

El enfrentamiento elevó el tono a partir de ese mismo mes de mayo, cuando se inició la desescalada de las medidas restrictivas. El Ministerio de Sanidad negó por dos veces el pase de Madrid a la fase 1 debido a que no cumplían los criterios sanitarios establecidos para ello. Durante esas fechas llegó la dimisión de la responsable de Salud Pública de Madrid, Yolanda Fuentes, que presentó su renuncia tras negarse a firmar el informe que hablaba de la idoneidad del pase de fase de la región. Hace tan solo cinco días, Fuentes, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, compartía un tuit muy comentado en el que comparaba la situación de la región madrileña con el hundimiento del Titanic, acompañado del hashtag #BuenaSuerte.

Finalmente, la tercera solicitud fue aceptada por Sanidad, mientras el ejecutivo regional se comprometía a tomar una serie de medidas, como la contratación de rastreadores, que nunca se produjeron en la cantidad prometida.

El 24 de julio, el consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, reconocía que en ese momento la región tenía 142 rastreadores (1 para cada 47.000 personas, cuando la recomendación internacional señala 1 cada 5.500) y 40 trabajadores en el Centro de Atención Personalizada para las llamadas covid de los contactos estrechos.

Con el fin del estado de alarma, el 21 de junio, y la vuelta de las competencias a las Comunidades Autónomas, tocó el turno de exigir al Gobierno de España que se involucrase, y Díaz Ayuso le acusó de haber dejado a las regiones solas, sin instrumentos necesarios para hacer frente a la pandemia.

Durante todo el verano, la curva que parecía que había sido doblegada con éxito, comenzó lentamente a subir y a aumentar los contagios. Mientras en otras regiones, como Cataluña o Aragón, tomaron drásticas medidas ya en agosto para enfrentar lo que parecía el comienzo de la segunda ola del SARS-CoV-2, en Madrid se ha estado contemplando cómo los casos se disparaban hasta superar los 10.000 diarios, cómo volvía a colapsarse la atención primaria y cómo la presión hospitalaria era cada vez mayor. También los fallecimientos han empezado a escalar hasta cifras de tres dígitos semanales, situándose en las últimas quincenas en más de 200.

Tan solo hace nueve días que se comenzaron a tomar medidas en Madrid, primero en 37 zonas básicas de salud, que una semana después aumentaron hasta 45. Pero las medidas tomadas han sido criticadas por un lado por ser demasiado laxas y por otro por afectar exclusivamente a zonas de bajos ingresos.

Tempestad tras la calma

La semana pasada, cuando los desencuentros entre las administraciones dirigidas por Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso parecían que llegaban a su fin, con la visita de Sánchez a la sede del Gobierno madrileño y una comparecencia conjunta que llamó la atención por su puesta en escena con 24 enormes banderas detrás de los políticos (una docena de la Comunidad de Madrid y otra docena de España), fue cuando saltaron todas las costuras de la relación entre los dos ejecutivos.

Tras el anuncio de las escasas medidas adoptadas por Madrid el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, dio un ultimátum a la CAM, avisando de que se tenían que tomar medidas más drásticas o de lo contrario el Gobierno actuaría en consecuencia.

El preacuerdo alcanzado este martes, si bien había sido ampliamente criticado en las formas, daba un respiro a los ciudadanos madrileños que han estado asistiendo atónitos en las últimas semanas a una confrontación política que no aportaba ninguna solución a la situación epidemiológica de la región, que ya había empeorado hasta situar a Madrid como la región más afectada de toda Europa. Ahora el tira y afloja continúa.

Solo Madrid afectada por las restricciones

El nuevo desacuerdo manifestado este miércoles por el gabinete de Díaz Ayuso podría responder a que las restricciones propuestas por el Ministerio de Sanidad solo afectarían a municipios madrileños, cuyos ciudadanos, entre otras limitaciones, no podrían entrar ni salir de sus localidades. Ninguna otra población del resto del país cumple los cuatro criterios trazados por el departamento de Illa: población, incidencia acumulada, positividad y ocupación de UCI.

Además de la capital del país, Madrid, las otras nueve ciudades de la región madrileña que cumplen los criterios establecidos por Sanidad son Fuenlabrada, Parla, Alcobendas, Torrejón de Ardoz, Getafe, Alcorcón, Leganés, Móstoles y Alcalá de Henares.

Solo hay una ciudad en el resto del Estado que estaría cerca de la línea roja. Se trata de Pamplona, la capital de Navarra, que cumple tres de los cuatro parámetros, pero que no tiene todavía una saturación de UCI que sobrepase el 35 % de las camas con pacientes covid.

Presión del resto de los territorios

No solo el Ministerio de Sanidad lleva semanas presionando a la Comunidad de Madrid para que tome medidas para frenar ya la segunda ola de la pandemia, también lo han hecho las autoridades de otros territorios preocupados por la situación de la región capitalina.

La tasa de personas provenientes de otros territorios que reside en Madrid es incomparablemente mayor a la que se registra en cualquier otra región, lo que, sumado a los viajes de negocios y otras circunstancias, hace que la movilidad entre Madrid y otros puntos del país suponga un riesgo extremo de que la grave situación epidemiológica acabe afectando a otras zonas con una incidencia mucho menor de coronavirus.

Así lo manifestó este lunes el secretario de Salud Pública de Cataluña, Josep Maria Argimon, quien declaró: "Madrid tiene una tasa muy elevada de contagios y es un nudo de comunicaciones y, o hacen alguna cosa o tenemos un problema". Además sostuvo que aunque no se puede de momento plantear el corte del tren de alta velocidad o del puente aéreo entre Madrid y Barcelona, sí se podría "pensar en reducirlo".

También Emiliano García Page, el presidente de Castilla La Mancha, comunidad autónoma limítrofe con Madrid, ha manifestado su preocupación y desde hace casi dos meses lleva pidiendo medidas coordinadas entre Madrid, su autonomía y Castilla y León, la otra región colindante. Entre Castilla-La Mancha y Madrid se mueven todos los días más de 700.000 personas.

Limitando las pruebas diagnósticas

La preocupación por la situación madrileña se ha intensificado además desde hace tres días, cuando la Comunidad de Madrid modificó el protocolo para hacer PCR a los contactos estrechos de los casos confirmados. Solo se harán si presentan síntomas, si son convivientes, si son personas de riesgo o si pertenecen a trabajadores del ámbito sanitario o sociosanitario.

Se interpreta que esta medida, aunque puede aumentar el índice de positivos entre quienes se realicen los test, busca rebajar la incidencia acumulada de la región. Actualmente se encuentra en 784 cada 100.000 habitantes, entre otras cosas, porque se identifican muchos más casos asintomáticos que durante la primera ola. Ahora, con la limitación de pruebas PCR, por lógica, serán muchos menos los contagiados sin síntomas que serán detectados por el sistema sanitario, por ejemplo, en el ámbito educativo, donde ya se conoce que entre los menores el porcentaje de infecciones que cursan sin síntomas es elevado.

Según los últimos datos oficiales, en la Comunidad de Madrid se han diagnosticado más de 52.000 casos de coronavirus en las últimas dos semanas (casi el 40 % de los detectados en todo el país con solo un 14 % de la población) del total de 230.000 acumulados en la región desde el inicio de la pandemia. Además, en los últimos siete días se han producido 149 fallecimientos, el 33 % de todos los del país. Mientras, las camas hospitalarias ocupadas por pacientes covid son ya el 25 % y ascienden al 41,87 % en el caso de las camas UCI.

Nuria López

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