Cómo el asesinato de un policía reabrió el debate sobre el uso de las pistolas Táser en Argentina

El caso es usado por oficialistas y opositores para exigir más policías armados, lo que es impugnado por organismos de derechos humanos.

Juan Pablo Roldán, un policía de 33 años, murió el lunes a cuchilladas en la ciudad de Buenos Aires. Pero no en manos de un delincuente, sino de un hombre que padecía una enfermedad mental y que también falleció al ser baleado por su víctima, que alcanzó a dispararle.

El crimen, ocurrido a plena luz del día y con testigos de por medio, sirvió para reabrir un debate en el que tanto oficialistas como opositores instaron a equipar a los policías con pistolas Táser, que sirven para electrocutar e inmovilizar a presuntos delincuentes y cuyo uso es cuestionado por organismos de derechos humanos.

"Las pistolas Táser provocan un dolor intenso, es decir, que su uso puede ser considerado tortura o trato cruel, y pueden ocasionar la muerte", había advertido el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en mayo del año pasado, cuando el gobierno del entonces presidente Mauricio Macri reglamentó su uso.

En diciembre, al iniciar el gobierno de Alberto Fernández, la nueva ministra de Seguridad, Sabina Frederic, derogó la utilización de este tipo de armamento y reservó 300 Táser, que ya habían sido compradas durante el macrismo, para casos excepcionales como tomas de rehenes o allanamientos.

Pero el discurso de "mano dura" ganó terreno, en cuanto se confirmó la muerte de Roldán. La noticia se distorsionó, ya que los debates se centraron en torno a la inseguridad y la necesidad de que los agentes tengan más margen de acción para reprimir a criminales, a pesar de que el episodio no tenía nada que ver con la delincuencia común.

El lunes por la tarde, Rodrigo Facundo Roza, un hombre de 51 años que padecía trastornos siquiátricos, entre ellos por esquizofrenia, salió de su casa armado con un cuchillo. Afuera de un restaurante amenazó a un grupo de policías, que no le dispararon porque había personas alrededor que podían salir lastimadas.

Al enfrentarlo, el policía Roldán recibió una serie de cuchilladas que le provocaron la muerte, pero antes logró dispararle al atacante, quien también murió horas más tarde en un hospital.

Honores y discusión

El presidente Alberto Fernández lamentó de inmediato el asesinato del agente y decretó duelo nacional, mientras la oposición aseguraba que, en caso de haber tenido una pistola Táser, Roldán habría logrado inmovilizar a su asesino y salvar la vida de ambos.

"Lo que ocurrió es parte de una concepción de no defender al policía en la actuación y de limitarle absolutamente el uso de las armas", advirtió la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien durante su gestión en el gobierno de Macri defendió siempre a los policías aun en los casos en que disparaban por la espalda a presuntos delincuentes o a manifestantes.

"Cuando el policía tiene que defenderse y defender a la sociedad, termina en una situación defensiva intentando generar el mínimo daño y terminan asesinándolo a él", aseguró la exfuncionaria y actual presidenta del macrista partido PRO, quien lamentó que el gobierno actual no use las pistolas Táser que ella dejó en el Ministerio de Seguridad.

"Las tiraron, no las usan, por eso pasa lo que vimos (el homicidio de Roldán): los policías retrocedían por miedo, porque un juez puede decir que había desproporcionalidad de armas y podían terminar preso. Hay que volver a darles certezas al policía, porque tiene un minuto para pensar entre ir preso o morir", dijo.

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, respondió a las críticas y confirmó que las fuerzas federales no serán equipadas con pistolas eléctricas porque lo que debe haber es un abordaje integral de la violencia que no se resuelve con más armamento. "Seguimos con nuestra línea de seguridad. El debate de las Táser no tiene sentido", insistió.

Contradicciones

La posición de salvaguardar los derechos humanos y evitar todo tipo de políticas represivas no es unánime en el propio oficialismo.

El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, por ejemplo, se manifestaron a favor del uso de las Táser.

"El arma Táser es fundamental para estas situaciones, el Estado se tiene que rever muchas posturas que adopta a la hora de generar protocolos", consideró Berni, quien mantiene una permanente confrontación con la ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic, a pesar de que forman parte de la misma alianza política que gobierna el país y la provincia.

"Lo que ocurrió vale la revisión de todos los que, por cuestiones ideológicas, no cuantifican lo que es la vida de un policía, hay quienes piensan que la vida de un delincuente está por encima de la de cualquier persona honesta, y que la vida de un policía no vale nada", denunció Berni en referencia a Frederic, en una postura que lo acerca más a la opositora Bullrich.

Massa, por su parte, señaló que usar pistolas Táser o cualquier otro tipo de armamento tecnológico contra el delito es una obligación del Estado y un derecho constitucional. "Necesitamos fuerzas de seguridad capacitadas y con todos los recursos", dijo.

¿Qué son?

Las Táser son pistolas que generan potentes descargas eléctricas a una distancia de hasta 10 metros y con una duración de entre uno y cinco segundos, por lo que quienes las utilizan logran inmovilizar a la persona que se haya convertido en un objetivo.

De acuerdo con información del CELS, una reconocida organización de derechos humanos de Argentina, el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas ya intervino en casos contra Nueva Zelanda (2009) y contra Gran Bretaña (2013) y desalentó su uso y lo prohibió salvo que se trate de "situaciones extremas y limitadas (aquellas en las que exista una amenaza real e inmediata para la vida o riesgo de lesiones graves)" y "únicamente en sustitución de las armas letales".

El organismo añadió que la única forma de que las Táser reduzcan la letalidad policial en el país sudamericano es que sean utilizadas como remplazo de las armas de fuego.

"En la medida que esta regulación amplía su uso, su efecto será aumentar las lesiones y la letalidad. Así, con la incorporación de las llamadas 'armas menos letales' se intenta esconder el uso de violencia estatal y las afectaciones serias para la vida y la integridad que estas producen", denunció cuando el macrismo habilitó el uso de la fuerza policial sin límites ni control.

Cecilia González