Lacino Hamilton, un hombre que pasó 26 años en prisión tras ser sentenciado injustamente, salió del correccional de Macomb (Estados Unidos) este 1 de octubre después de que un juez del condado Wayne anulara su condena. En 1996 Hamilton fue condenado por un asesinato en segundo grado con arma de fuego ocurrido en 1994.
La liberación de Hamilton se hizo posible tras realizar pruebas de ADN facilitadas por el Proyecto Inocencia de la Facultad de Derecho Cooley de la Universidad de Western Michigan, ha informado el diario Detroit News.
Hamilton, quien ahora tiene 45 años, fue condenado a 50-80 años de prisión por el asesinato de Willa Bias en Detroit. Sin embargo, él siempre insistió en su inocencia. Pasó 26 años en prisión, aunque no hubo testigos presenciales en el caso.
Hamilton se convirtió en sospechoso, en parte, por el testimonio falso de un informante de la cárcel que afirmó que Hamilton había reconocido que cometió el crimen, aunque más tarde se consideró a esta persona como poco confiable, según los abogados de Hamilton.
La falta de pruebas de ADN fue otro factor clave en el caso de Hamilton. El ADN no empezó a utilizarse ampliamente para resolver delitos hasta mediados de la década de los noventa, subrayó Mary Chartier, abogada de Hamilton.
Hace dos años, Chartier contactó con la recientemente formada Unidad de Integridad de Convicciones del Fiscal del Condado de Wayne, para que se revisara el caso y se analizaran pruebas biológicas que eran importantes para detectar la identidad del delincuente.
El ADN encontrado debajo de las uñas de Bias, quien, según la investigación, luchó contra su atacante antes de que la matara a tiros, excluyó a Hamilton y se encontró el ADN de un colaborador masculino desconocido. Los resultados de las pruebas de ADN, junto con otras pruebas nuevas en el caso, esclarecieron que Hamilton no cometió el crimen.
"Estoy un poco abrumado en este momento, pero muy agradecido", afirmó Hamilton durante la audiencia en la corte virtual. Añadió que lo primero que quería es caminar sin prisa por las calles y hablar por teléfono sin que le interrumpieran. Y asegura que en el futuro planeaba trabajar para lograr reformas judiciales para que nadie tenga que pasar por el trance de ser encarcelado por un crimen que no cometió.