El 56,3 % de los niños argentinos vive en condiciones de pobreza y para finales de año la cifra puede aumentar hasta el 62,9 %, como resultado del agravamiento de la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus.
La semana pasada, el estatal Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de Argentina dio a conocer los datos oficiales de la pobreza durante el primer semestre de este año, que es, a su vez, el primer semestre del gobierno de Alberto Fernández.
En discursos previos, el mandatario ya había anticipado que la pobreza alcanzaba al 40 % de los argentinos, muy por encima del 35,5 % que dejó el expresidente Mauricio Macri a fines de 2019, cuando terminó sus cuatro años de gestión.
Pero la confirmación de los datos desató un nuevo debate porque las niñas y niños son los más afectados por este incremento de la pobreza, que en su caso pasó del 52,3 % al 56,3 %, lo que implica que casi seis de cada 10 niños no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas, incluida la alimentación.
Los indicadores infantiles también empeoraron en el caso de la indigencia, ya que aumentó del 13,6 % al 15,6 %. Son niños que están en pobreza extrema.
A principios de agosto, Unicef Argentina ya había publicado su propio estudio. Alertó que la pobreza infantil llegará al 62,9 % al término de 2020 y que, en el mejor de los casos, descenderá a un 61,3 % el próximo año, una vez que se logre la recuperación económica post pandemia.
La crisis
En términos absolutos, esto significa que durante el primer semestre de este año la cantidad de niñas y niños en condiciones de pobreza pasó de siete a casi ocho millones. Y que al término del año sumarán los 8,3 millones. Es casi la quinta parte de la población del país.
De ellos, según Unicef, 2,4 millones padecerán pobreza extrema.
El estudio del organismo, que está basado en cálculos del Indec y pronósticos del Producto Bruto Interno (PIB) provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), muestra que, más allá de la apertura de actividades y de la flexibilización de la cuarentena en parte del país y del programa de asistencia al trabajo y a la producción, hay 2,6 millones de hogares que padecen una reducción de sus ingresos.
El estudio detalla que una de las variables en las que impacta con más fuerza la disminución de los ingresos en los sectores vulnerables es en el consumo de alimentos.
"Los programas alimentarios como la tarjeta ALIMENTAR, entre otros, alcanzan al 36 % de los hogares (frente al 19 % que había en abril); el porcentaje de hogares encuestados que dejó de comprar algún alimento por no tener dinero disminuyó levemente del 28 al 26 %", precisa el documento.
Por otra parte, la Unicef destaca que la concurrencia a comedores populares aumentó del 8,0 % al 10 %, que uno de cada cuatro hogares encuestados tiene al menos una deuda y un 15 % de las familias con niños tuvo que recurrir a algún préstamo o fiado para comprar alimentos. En los barrios populares este indicador alcanzó el 25 %.
Culpas
El estudio de Unicef y los datos oficiales del Indec desataron un intercambio de acusaciones sobre quiénes son los responsables de la pobreza entre los seguidores de los líderes políticos que han gobernado a Argentina durante las últimas dos décadas, después de que en 2001 el país enfrentara una de las crisis económicas más graves de su historia.
En 2003, el fallecido expresidente Néstor Kirchner asumió con una pobreza de alrededor del 60 % y un país inestable política, económica y socialmente. Cuatro años más tarde, al terminar su gobierno, ya había logrado bajar la pobreza a un 40 %.
Su sucesora, Cristina Fernández de Kirchner, siguió la tendencia positiva y durante su primer gobierno (2007-2011) consiguió reducir la pobreza hasta un 30 %, el problema es que las estadísticas oficiales comenzaron a quedar en duda cuando su gobierno intervino el Indec.
En 2015, cuando vencía su segundo mandato, Fernández de Kirchner aseguró que la pobreza era menor al 5,0 %, pero ya durante el gobierno de Macri, al normalizarse la operación del Indec, resultó que, en realidad, la expresidenta había dejado una pobreza del 29,1 %.
Una de las principales promesas de campaña de Macri fue llegar a la "pobreza cero", e incluso advirtió en múltiples ocasiones que quería que su gestión fuera evaluada por este resultado. De lo contrario, dijo, su gobierno sería un fracaso.Y al final lo fue, porque para finales de 2019, la pobreza había aumentado a un 35,5 %.
El actual presidente ofreció "poner a la Argentina de pie", ya que Macri le dejó un país sumido en una grave crisis económica, que combinó endeudamiento, pobreza, inflación y devaluación, pero en marzo estalló la pandemia y desde entonces todos los indicadores han empeorado.