Las acciones bélicas no cesan Armenia y Azerbaiyán y residentes de Ereván nativos de Nagorno Karabaj, que prefieren llamar Artsaj, aseguran que el agravamiento de este conflicto histórico no tiene precendentes.
El economista Grant Akopián, originario de esa región, recuerda con nostalgia cuando armenios y azerbaiyanos formaban parte de la URSS y lucharon en el mismo bando contra la Alemania Nazi, como conmemora el monumento Madre Armenia que se eleva sobre Ereván.
"Tristeza, preocupación y orgullo"
"Mis primos viven ahí, ahora están en el frente. Es nuestra casa, nuestra patria", aseguró Akopián, quien define como una combinación de "tristeza, preocupación y orgullo" el sentimiento que le embarga desde que se intensificó el conflicto.
"Orgullo porque podemos defender nuestra patria, tristeza porque hay muertes de los dos lados —nosotros no queremos la guerra— y preocupación, porque esto puede desencadenar un conflicto a gran escala", detalla Akopián.
Vidas alteradas
En apariencia, la vida en Ereván no esta alterada por la escalada de tensiones, pero muchos de sus habitantes tienen al menos un familiar que se encuentra en la zona de combate.
Levón Muradjanián, cofundador de una escuela internacional que permanece cerrada por la ley marcial, indica: "El marido de mi hermana es de Artsaj. Su hijo estaba haciendo el servicio militar ahí cuando se agudizó la situación. Su padre fue a por él pero, que yo sepa. Todavía no se han reunido".
Ataques sin precedentes
La politologa Anna Barseguián asegura que "no tiene precendentes" este agravamiento del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán "por la escala y por el tipo de armas que se usan contra los armenios".
Además, es la primera vez en un siglo que "Turquía se atreve a tener un conflicto directo de manera directa con Armenia como país" —no solo contra Nagorno Karabaj— y realiza ofensivas tanto en esa zona como "en regiones de Armenia que nunca antes fueron atacadas", enfatizó esta experta.