La situación epidemiológica en la Comunidad de Madrid no deja de preocupar, a pesar del aparente descenso de los datos relacionados con la propagación del coronavirus.
El descenso del número de pruebas PCR realizadas, el desconocimiento de las cifras de test de antígenos y las dudas sobre la existencia de rastreadores o sobre la forma de publicar los datos, con retrasos incluso de muchas semanas, continúan sembrando incertidumbre sobre la gestión de esta crisis sanitaria, que se ha transformado en un enfrentamiento abierto entre la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y el Gobierno presidido por Pedro Sánchez.
¿Cuál es la situación?
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, con datos proporcionados por la Comunidad de Madrid, la región acumula ya 270.745 casos desde el inicio de la pandemia.
En las últimas dos semanas ha diagnosticado 30.861 positivos, con una tasa de 463 casos cada 100.000 habitantes en ese periodo, una cifra muy superior a la incidencia máxima recomendada por los organismos internacionales (en torno a 100). Además, en los últimos siete días han ingresado 361 pacientes con covid-19 en los hospitales madrileños, 10 en las unidades de cuidados intensivos (UCI), y ha habido 64 fallecimientos. La ocupación de los centros hospitalarios solo por esta enfermedad es del 20,4 %, mientras que en UCI casi duplica esa cifra y se sitúa en el 37,6 %.
Los datos que publica la Consejería de Sanidad de la región no son plenamente coincidentes. Así, el Gobierno regional recoge 277.594 casos acumulados y 34 fallecidos solo en el día previo.
Cada vez menos PCR
En tan solo una semana Madrid ha descendido el número de test PCR realizados en más del 40 %. Según los datos recogidos por Sanidad, la semana del 25 de septiembre al 1 de octubre Madrid hizo 154.492 de estas pruebas diagnósticas, mientras que la semana del 2 al 8 de octubre realizó tan solo 92.261. En total 60.231 menos, un 40,3 % menos.
El número de PCR sigue bajando día a día. Así, si cogemos un intervalo tan solo una jornada posterior, del 3 al 8 de octubre, el último ofrecido por el Ministerio, la cifra de test desciende hasta los 80.273, con una tasa por cada 100.000 habitantes que solo es inferior en dos regiones españolas (Comunidad Valenciana y Andalucía), por lo que se especula con que el descenso de los casos diagnosticados esté motivado por la menor realización de estas pruebas.
El desconocido número de test de antígenos
Las autoridades de la Comunidad de Madrid achacan el descenso del número de PCR al comienzo de la realización masiva de pruebas de antígenos. Díaz Ayuso llegó a decir el 18 de septiembre que se realizarían un millón de estos test a lo largo de las siguientes semanas. Pero el número realizado ha sido desconocido hasta hace solo un día.
Este miércoles la Consejería de Sanidad de Madrid informó de las pruebas realizadas durante las tres últimas semanas. Aunque en este periodo las pruebas de antígenos han aumentado considerablemente (de las 5.800 a las 58.697), el abultado descenso de las PCR (de 172.842 a 79.697) da como resultado que en la última semana se han realizado en total 40.000 pruebas menos que dos semanas atrás, un descenso de casi el 23 %.
En cualquier caso, del millón de test anunciado por Díaz Ayuso, un mes después tan solo se han realizado 89.135.
Más difícil de comprender son los datos que también este miércoles hizo públicos el viceconsejero de Salud Pública de Madrid, Antonio Zapatero, que a través de Twitter comparaba los datos de pruebas de las semana del 7 al 13 de septiembre, 67.451, con los de la semana del 5 al 11 de octubre, 71.399, para concluir que se realizaban más test diagnósticos.
Sin embargo, en la semana de septiembre a la que se refiere, el Ministerio de Sanidad, con los datos proporcionados por la CAM, recogía 126.974 PCR, un 47 % más que el dato ofrecido por el viceconsejero, y un 44 % más que los realizados la última semana, incluyendo las pruebas de antígenos.
Retrasos con los datos: cómo aumentan cuando pasan los días
Pero el mayor problema para comprender la situación epidemiológica actual de la Comunidad de Madrid es el retraso en consignar los datos. Aunque todas las regiones españolas sufren cierta demora a la hora de comunicar las cifras, en el caso madrileño se supera ampliamente la media, produciéndose notificaciones de positivos con semanas e, incluso, meses de retraso.
Como ejemplo, el 30 de septiembre las autoridades sanitarias de la región comunicaron 952 nuevos positivos. Sin embargo, en el último informe, de este miércoles, para ese día ya constaban 3.153, un 231 % más, que habían sido notificados con días de retraso. En el caso del 21 de septiembre se registraron 752 casos, para esa jornada, el 29 de septiembre ya ascendían a 1.949 y el 13 de octubre a 2.023. Esta coyuntura se repite en todos los balances diarios.
La consecuencia más palpable de esta situación es que se distorsiona la incidencia acumulada, es decir, la tasa de casos cada 100.000 habitantes en un determinado periodo (normalmente una o dos semanas), que es uno de los criterios que están determinando la adopción o no de medidas restrictivas para luchar contra la propagación de la pandemia.
Los inexistentes rastreos
Otro de los puntos críticos en la gestión de la crisis sanitaria en la región capitalina es la de los rastreos. La Comunidad de Madrid se comprometió a llegar a un número cercano a 500 rastreadores en mayo para conseguir pasar de fase de la desescalada. Semanas después se supo que se contaba con menos de 200. La última cifra que se conoce es de 560 (de los que se desconoce sus labores y cualificación), cuando se considera que un territorio como el de Madrid debería contar con entre 1.200 y 1.800.
Las quejas sobre la nula presencia de este colectivo en la gestión de la pandemia y la práctica inexistencia de rastreo en la región ha sido una constante desde el desconfinamiento de la población hasta la actualidad.
La Atención Primaria, sin recursos
La Comunidad de Madrid es la que dedica un menor porcentaje del gasto sanitario total a la Atención Primaria, un engranaje fundamental en la lucha contra el virus. En una situación pandémica como la presente, este circuito se ha visto colapsado desde el mes de marzo y ni siquiera durante las primeras semanas del verano, con la primera ola ya vencida, recuperó su actividad normal.
La mayoría de los centros han visto diezmados sus recursos humanos, muchos de ellos a consecuencia de que sus trabajadores sanitarios se han contagiado de coronavirus. En otros, cuentan cómo se han convertido prácticamente en centros covid, donde el resto de pacientes apenas son atendidos. La atención se realiza mayoritariamente por teléfono, pero incluso para esto, no se da abasto, y las llamadas también se retrasan.
Ocupación hospitalaria y UCI: preocupación aunque con descensos
La situación de la capacidad asistencial hospitalaria en la Comunidad de Madrid está mejorando paulatinamente. La máxima ocupación de camas por pacientes covid tuvo lugar alrededor del 25 de septiembre, con 3.287 personas ingresadas. Desde entonces la tendencia se invirtió y el número comenzó a decrecer, hasta llegar a los 2.566 del 9 de octubre, cuando la curva volvió a subir hasta los 2.702 actuales. En términos porcentuales se ha pasado de más del 26 % a poco más del 20 %.
En el caso de los enfermos ingresados en unidades de cuidados intensivos, el pico se alcanzó algo después, el 2 de octubre, con 505 pacientes ocupando estas camas, y ha sufrido un descenso más paulatino hasta los 461 actuales: del 42,6 % hasta el 37,6 %.
El caso de las plazas UCI es un tema que también ha generado polémica, debido a que las cifras oficiales están considerando UCI a cualquier cama a la que se le pueda instalar un respirador, lo que incluye quirófanos, salas de reanimación quirúrgica, unidad coronaria o UCI de pediatría, por ejemplo. Por lo que en la actualidad se supera el 100 % de ocupación de las plazas reales prepandemia.
Continúa la guerra política
La guerra de datos, su análisis e interpretación y los retrasos en las notificaciones alimentan una guerra política abierta entre la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y el Gobierno de Pedro Sánchez, que se hizo palpable desde el estallido de la crisis sanitaria en marzo.
El episodio actual arrancó con las acusaciones de inactividad frente a la pandemia del Ejecutivo regional, que se negaba reiteradamente a tomar medidas restrictivas para frenar la propagación del virus alegando que afectarían negativamente a la economía del territorio. Finalmente, el Gobierno de Sánchez decretó el estado de alarma el pasado 9 de octubre para obligar al cierre perimetral y a la implementación de otras medidas relacionadas con aforos y horarios en la ciudad de Madrid y en otros nueve grandes municipios de la región.
Estas diez ciudades eran las únicas en el país que superaban tres criterios establecidos por el Ministerio de Sanidad: incidencia de más de 500 casos cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, positividad mayor al 10 % y más del 35 % de las camas UCI ocupadas. Ahora el descenso de las cifras de Madrid se interpreta por muchos como una estrategia para enmascarar la realidad epidemiológica y salir de debajo de la batuta del Gobierno.
La tensión se ha trasladado incluso al Congreso de los Diputados, donde este martes se acusó al Gabinete de Sánchez de "autoritario" y de querer imponer una "dictadura" a cuenta de la declaración del estado de alarma, mientras que el presidente socialista no dudó en calificar de "antisistema" al principal partido de la oposición, el Partido Popular.
Nuria López
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