A casi un año del inicio del estallido social en Chile, el fiscal metropolitano Manuel Guerra afirmó que las acusaciones del Gobierno de Sebastián Piñera sobre una supuesta intervención extranjera en las protestas antigubernamentales "fue solo humo".
Durante una entrevista hecha por Radio Universo, Guerra aseveró que hasta la fecha "no existe ese 'enemigo poderoso' del que habló el presidente", quien en unas declaraciones hechas a pocos días del inicio de las manifestaciones se refirió a una supuesta "organización criminal" cuyo "único propósito" era "producir el mayor daño posible a todos los chilenos".
El fiscal capitalino también habló sobre el informe preparado por la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), que fue entregado por el Ministerio de Interior a la Fiscalía a finales de diciembre para sustentar la supuesta participación internacional en las protestas.
"Pocos días después de ocurrir estos hechos hubo información que daba cuenta de intervención extranjera, que fue señalada por el presidente, pero los antecedentes de esa organización, al menos al Ministerio Público, nunca llegaron", dijo Guerra.
"No hubo nada"
En esa oportunidad, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, catalogó el documento como "información extraordinariamente sofisticada a partir del análisis con tecnología de Big Data". Sin embargo, Guerra afirmó que esa información "al final fue solo humo, no hubo nada".
"Lo que se entregó no tenía ninguna relevancia ni significó un aporte sustancial a las investigaciones que permitiera identificar a sujetos como autores. Lo que había era elucubraciones en función de publicaciones en redes sociales y eso no sirve como prueba para sustentarlo en un tribunal", agregó el fiscal metropolitano.
Según ese polémico estudio, que en su oportunidad recibió duras críticas, 31% de los usuarios de las redes que mostraban una posición crítica al Gobierno chileno no vivían en ese país. Entre los cinco grupos de comunidades de opinión o de influencia que se identificaron en el texto se encontraron Actualidad RT y el canal venezolano TeleSUR, por supuestamente impactar en las conversaciones virtuales a partir del 19 de octubre, cuando dieron cobertura, como el resto de los medios, a la actuación de los cuerpos de seguridad tras el decreto del estado de emergencia.
Entre estos grupos de influencia también se incluyeron a futbolistas; políticos del Partido Comunista y del Frente Amplio; jóvenes críticos con el Gobierno y fans del k-pop; artistas como la cantante chilena Mon Laferte, el cantautor español Ismael Serrano, el rapero puertorriqueño Residente y el actor argentino Juan Diego Botto, entre otros.
El Gobierno de Chile atribuyó la autoría del informe a la empresa española Alto Analytics, que ha elaborado otros estudios donde se señala la existencia de un rol relevante de medios rusos como RT o Sputnik en acontecimientos políticos o sociales como el Brexit, las elecciones italianas o el proceso independentista en Cataluña. Sin embargo, la elaboración del extenso documento no ha sido reconocida aún por la firma española.
"Explotó algo"
Guerra, quien ya había negado los señalamientos del Gobierno sobre la participación foránea en los ataques contra el transporte capitalino durante las manifestaciones, fue enfático al decir que no se puede hablar de una "megaestructura" que se puso en funcionamiento ni de "un ejército, de un grupo de personas que se reunió dirigidas y coordinadas ".
El fiscal considerado que las causas del descontento social no obedecen a esa actuación internacional aducida por la Administración de Piñera. "Lo que hay son elucubraciones, pretensiones a veces de: 'ojalá poder encontrar una organización para poder justificar esto'".
En su opinión, en el país "explotó algo" y hubo "un movimiento social transversal muy fuerte" al que contribuyeron decisiones "que no fueron las más adecuadas en ese momento". "El que diga lo contrario lo que pretende hacer es justificar su posición", afirmó.
El fiscal metropolitano defiende la hipótesis de que en "el estallido social participó gente que no tenía coordinación entre sí", como estudiantes de bachillerato, universitarios, trabajadores, hinchas de barras bravas de equipos de fútbol e incluso delincuentes.
Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile, durante las protestas que se extendieron por varios meses, hasta marzo de este año, se contabilizaron 3.838 personas heridas, 460 de ellas con daños oculares. Además se han reportado por lo menos 34 muertes ocurridas durante esos sucesos.