Una mujer insultó desde un automóvil a miembros de la minga indígena que se movilizaron hasta Bogotá para intentar reunirse con el presidente de Colombia, Iván Duque, y exigir respeto a sus derechos y garantías de seguridad para los pueblos originarios que sufren diversas violencias en sus territorios.
En redes sociales, se difundió el video del momento exacto el que la mujer grita desde un vehículo a algunos participantes de la minga, que viajaban en otro automóvil: "No los queremos, que se vayan para la tierra".
La mujer fue grabada por una persona que viajaba en el asiento del copiloto del vehículo en donde se trasladaban algunos miembros de una comunidad indígena, quien evitó responder a los insultos, aunque le pidió que saludara a la cámara.
"Son ignorantes, brutos, tercos, porquería", sentenció la mujer, para después huir a toda velocidad en un vehículo.
La grabación causó mucha polémica en la Red y cientos de usuarios de Twitter le hicieron ver a la mujer que era ignorante, racista y clasista al emitir dichos comentarios.
"Tiene que volver a nacer para llegar a comprender la lucha indígena", respondió el senador Gustavo Bolívar, de la coalición Lista de la Decencia.
El usuario de Twitter Germán Ayala sintió "lástima" por la mujer que insultó a la minga indígena. "La ignorante es ella al desconocer el proceso de mestizaje, del que seguramente ella y sus padres y abuelos hicieron parte", tuiteó.
Otras personas destacaron "la maravillosa actitud de los integrantes de la minga", quienes no respondieron a la agresión.
Las razones detrás de las protestas
El domingo pasado, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), que también forma parte de la minga, emitió un comunicado en el que no solo exigió respeto del derecho a la protesta, sino que también enfatizaron la necesidad de que los conflictos se resuelvan "con más democracia y menos represión, con respeto por el otro y no con estigmatización y discriminación".
Entre las peticiones de esta movilización, que se llevó a cabo por primera vez en 2008, se encuentran temas como la exigencia de garantías por parte del Estado ante el aumento de la violencia; el cumplimiento de los acuerdos de paz con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la restitución de las tierras que han sido arrebatadas por trasnacionales y grupos ilegales armados.
Este año, a pesar del confinamiento por la pandemia, por lo menos 40 líderes indígenas fueron asesinados hasta junio pasado. Por su parte, la ONIC eleva esta cifra hasta los 242 homicidios desde la firma de los acuerdos de paz, en 2016.