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Los cinco barrios más bonitos de Moscú fuera del centro

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Las vistas panorámicas más hermosas de Moscú, los primeros clubes de 'rock' de la URSS y parques futuristas. El proyecto 'Mi Barrio', iniciado por la Alcaldía de Moscú, recoge los testimonios de residentes de áreas alejadas del centro de la capital para dar a conocer lugares y atracciones de sus distritos que, a pesar de no aparecer en las guías, los extranjeros deberían visitar.
Los cinco barrios más bonitos de Moscú fuera del centro

Sokólniki

A las nueve de la mañana, la plaza principal de este barrio del este de Moscú comienza a llenarse con escasos ciclistas y algunos vecinos que pasean a sus perros. Las cafeterías móviles y las tiendas de perritos calientes aún están cerradas, y solo se escucha el susurro de las hojas otoñales y el murmullo de la fuente principal, alrededor de la cual caminan los guardias aún adormilados.

"El fin de semana había mucha gente aquí, parecía como si hubiera venido todo Moscú", dice Raísa Bazárova, que vive en Sokólniki. Raísa literalmente 'se casó' con Sokolniki hace 21 años, en 1999, cuando se mudó a vivir con su marido desde el distrito de Arbat, en pleno centro.

Raísa no se acostumbró a la tranquilidad del barrio hasta tres años después, cuando se hizo amiga de los vecinos. Ahora lo ve como la zona más hermosa de Moscú y lo aprecia por sus edificios bajos y por sus monumentos arquitectónicos bien conservados.

"Saliendo del metro, nada más llegar a Sokólniki, lo primero que se ve es una antigua torre de vigilancia de antes de la Revolución [construida en 1884]. Esa torre todavía vio una Moscú de madera y se conservó en todo su esplendor", cuenta Raísa.

Raísa también invita a los extranjeros a visitar uno de los parques más antiguos de Moscú, que lleva el mismo nombre que el barrio. Fue fundado en 1878 y cuenta con fuentes, estanques, una piscina, un jardín de rosas e incluso un parque de atracciones. A los emperadores Pedro I y Alejandro I les encantaba el parque, y en él organizaban fiestas para sus amigos. Para Raísa, este es uno de los principales puntos verdes, gracias al cual Sokólniki 'respira'.

Otro punto de visita obligada, según Raísa, es el Teatro Román Viktiuk, ya sea simplemente para admirar desde su interior uno de los principales edificios constructivistas de la capital rusa, o para ver el espectáculo 'Las criadas', una popular pieza teatral basada en la obra del dramaturgo francés Jean Genet.

Distrito Levoberezhny

Galina Yakúnina, que desde hace nueve años dirige un club deportivo en el norte de la capital rusa, camina con placer indisimulado por la avenida principal del parque Rechnói Vokzal, o de la Estación Fluvial.

En verano de 2020, la estación en sí, un edificio construido en 1937 con unas formas que emulan las de un barco, se sometió a una profunda restauración. Ahora en lugar de los andamios la rodean fuentes donde juegan los niños, senderos interminables flanqueados por parterres y una zona de embarcaderos con una versión a escala del Canal de Moscú. Aquí los niños pueden pasear en autos o barcas en miniatura, o simplemente corretear por el área.

"El lugar es hermoso, cruceros y barcos a motor zarpan de aquí para llevar a los moscovitas por el río. A los turistas definitivamente les gustará", dice Yakúnina.

Otro de los lugares favoritos de Galina, especialmente para los paseos nocturnos, es el Parque de la Amistad, que se llama así en recuerdo del VI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Sus principales atractivos son los monumentos y esculturas dedicados a los niños, a la amistad internacional y a los héroes de guerra, así como los parques infantiles y los sauces que se reflejan en el agua de los estanques. Gracias a esos dos parques, el aire que se respira en la zona es muy diferente al del centro de Moscú, cree Galina.

En verano, la playa de Levoberezhny se convierte en el principal punto de encuentro y Galina también recomienda a los extranjeros acercarse. "La playa es de arena, hay una cafetería, tumbonas y una pista para jugar al voleibol; es ideal para relajarse", dice.

Filiovski Park

Para el experto en conflictos sociales Alexéi Ivánushkin, el barrio de Filiovski Park, en el oeste de Moscú, siempre ha sido el principal símbolo de la ciudad.

"Me mudé aquí en 2005 desde San Petersburgo, y en aquel entonces el mercado de electrónica Gorbushka era el lugar central de Moscú. Siempre había mucha gente; todos iban todavía mal vestidos, pero ya querían conseguir sus aparatos electrónicos. Ir al parque de Filiovski era como ir al bosque, había que apartar ramas, porque era imposible pasar, y nadie se llevaba las botellas ni nada. Es decir, los grupos de alcohólicos", comparte Ivánushkin sus primeras impresiones de la zona.

Quince años después, el terraplén ya ajardinado del parque se convirtió para Alexéi en el lugar principal para sus paseos diarios, y ahora aconseja a los turistas extranjeros que lo visiten también. "Para mí, este es realmente un lugar de poder, un deleite para el alma", dice Ivánushkin.

Un lugar igualmente significativo es la iglesia barroca de la Intercesión de la Santísima Virgen María en Filí, construida a finales del siglo XVII con dinero del boyardo Lev Kirílovich Naryshkin. En el primer piso del templo los soldados de Napoleón en 1812 instalaron establos, en 1943 el templo inferior se utilizó como enfermería y hasta 1963 sirvió como almacén de productos de papel. Para aquellos a los que les interesen los templos inusuales es un lugar de visita obligatoria.

"Frente al templo se fundó la Escuela Suvórov y había una tradición: todos los años en la ceremonia de graduación los graduados colgaban en secreto la bandera de las Fuerzas Armadas en el templo. Durante mucho tiempo luchamos contra eso, pero nunca pudimos encontrar quién la colgaba y al final nunca sancionamos a nadie", cuenta Ivánushkin una historia local.

Para aprender más sobre el 'rock' ruso, Alexéi aconseja ir al Palacio de la Cultura Serguéi Gorbunov, que, emplazado en un edificio de 1938, lleva el nombre de un director de una fábrica de aviones. En 1986 en el palacio comenzó a funcionar el primer laboratorio de 'rock' de Moscú, por lo que el edificio se hizo famoso como el principal lugar de la capital para conciertos y festivales de ese estilo de música.

Сolinas de Krylátskoye

Si quiere saber más sobre las instalaciones deportivas de los Juegos Olímpicos de 1980, Yulia Zhiltsova aconseja ir directamente al barrio de Krylátskoye. Yulia se mudó a Moscú desde Siberia y lleva 21 años viviendo en el oeste de la capital. 

"Me gusta caminar por la pista para bicicletas y otras instalaciones construidas para los Juegos Olímpicos. Hay un nuevo centro de patinaje de velocidad y un canal de remo. Aquí Red Bull organiza regularmente el concurso de aparatos voladores caseros 'flugtag', es divertido e interesante", recuerda Zhiltsova.

En su tiempo libre, Yulia disfruta de las vistas panorámicas más hermosas desde la colina occidental de Krylátskoye en el parque local, que ofrece una vista general del Centro Internacional de Negocios de Moscú, la iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen y el arco del Puente Zhivopisny, que significa 'pintoresco'. La mujer aconseja a los extranjeros visitar la colina para hacer una sesión de fotos con Moscú de fondo y descansar del ajetreo y el bullicio de los distritos históricos del centro.

"Aquí estás en la naturaleza, pero al mismo tiempo solo necesitas 20 minutos para llegar al centro. Aquí no hay mucha gente, ni siquiera los fines de semana. En el centro tienes que enfrentarte al hecho de que hay mucha gente y todos se comportan de manera distante, pero aquí el ambiente es un poco más acogedor", dice Zhiltsova.

Jodýnskoye Pole

Jodýnskoe Pole, o Campo de Jodýnskoye, es un lugar que se granjeó mala fama histórica por la aglomeración mortal que tuvo lugar aquí en 1905 durante la coronación del emperador Nicolás II. Hoy, sin embargo, tiene el aspecto de una ciudad futurista, con pintorescas torres, un parque decorado con objetos de arte y fuentes danzantes. Todos los lunes, a las ocho de la noche, el parque se llena de gente: los escolares graban videos de bailes para TikTok y pasean en patinete, y los niños corren con sus padres en un laberinto de espejos.

Alexánder Liubarski, residente local, se mudó a ese barrio en 2010 y, como fotógrafo, se enamoró de inmediato de las vistas que ofrece. "Cualquier parte del Parque Jodýnski, ya sea un columpio, un estanque, un campo de deportes estilizado con aviones y helicópteros, o las fuentes de detrás de nosotros, es fotogénico", dice.

Otro lugar favorito para Alexánder es un pequeño parque donde predominan los abedules, aunque también crecen arces, fresnos y tilos. Las personas que paseen por el barrio deberían asimismo visitar el parque construido en memoria de los Héroes de la Primera Guerra Mundial, que se levanta sobre un cementerio de soldados desconocidos fallecidos en esa contienda.

"Hay una capilla maravillosa, donde están enterradas las cenizas del príncipe Nikolái Nikoláyevich Románov [nieto de Nicolás I y tío de Nicolás II, comandante en jefe ruso en la Primera Guerra Mundial]. Todo es muy fotogénico también", dice Liubarski.

En su opinión, todos los turistas extranjeros deberían visitar ese distrito para comprender cómo será la Rusia del futuro. "No solo Moscú, sino que todas las regiones serán así. Me gustaría mucho que esto se extendiera más allá de la carretera de circunvalación de Moscú", concluye Alexánder.

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