El presidente estadounidense Donald Trump ha obtenido ganancias millonarias utilizando sus propias propiedades para visitas oficiales y redirigiendo donaciones electorales, según revelan documentos obtenidos por The Washington Post.
Las compañías pertenecientes a Trump han recibido al menos 2,5 millones de dólares del Gobierno, es decir, de los contribuyentes, desde su toma de posesión en enero de 2017. Además 5,6 millones de dólares de las donaciones al comité electoral de Trump han sido transferidos a empresas del presidente.
Los cheques que figuran en los documentos obtenidos por solicitudes de apertura de información o mediante demandas judiciales, cuestionan las promesas electorales de Trump en 2016, según las cuales se distanciaría de sus negocios una vez elegido y pondría los intereses del electorado por encima de los suyos.
Un ejemplo del incumplimiento de estas declaraciones es el complejo inmobiliario Mar-a-Lago (Florida) del presidente. En abril de 2018, esta finca acogió la cumbre entre Trump y el primer ministro japonés Shinzo Abe. Mientras los líderes discutían el comercio y la política hacia Corea del Norte, el club de descanso cobró al Gobierno de EE.UU. 13.700 dólares por
habitaciones, 16.500 por alimentos y vino y 6.000 por flores proporcionados.
El club de Trump pasó factura incluso por el agua para los líderes, 3 dólares por la bebida de cada político.
En cuanto a otras cumbres —con Abe en febrero de 2017 y con el presidente chino Xi Jinping en abril de 2017— los documentos reflejan el sobrepaso de los límites de costes establecidos por el Gobierno para el alquiler de habitaciones, así como platos por valor de miles de dólares y larguísimos cheques del bar visitado por empleados de la Casa Blanca.
No fueron solamente los encuentros con líderes extranjeros los que impulsaron las ganancias del club de Trump. La visita presidencial a Mar-a-Lago por Navidad el año pasado terminó un cheque de 32.400 dólares por hospedaje que fue presentado al Servicio Secreto.
Los hijos adultos de Trump contribuyeron al negocio de su padre con otros 260.000 dólares de fondos tributarios visitando las propiedades pertenecientes a Trump acompañados por sus propios agentes del Servicio Secreto.
En totalidad, Trump ha visitado sus hoteles y clubes más de 280 veces durante su presidencia, revelan los documentos.
Actualmente el rascacielos neoyorquino Trump Tower está cobrando unos 40.000 dólares al mes por los espacios asignados para la campaña electoral del presidente, aunque su sede esta vez no se ubica allí, sino en Arlington (Virginia), y ninguno de los miembros más relevantes del equipo del presidente se encuentra en Nueva York.
La Casa Blanca, que no impugnó los cheques presentados, ha asegurado que el 45.º presidente no intentó beneficiarse de los contribuyentes.
"Cualquier insinuación de que el presidente ha utilizado sus propios viajes oficiales o del gobierno federal como una forma de sacar provecho de los contribuyentes es una infamia absoluta y una mentira", afirmó Judd Deere, portavoz de la Casa Blanca, en un comunicado.
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