Un meteorito marciano que fue descubierto en el desierto del Sahara en 2011 ha proporcionado nueva evidencia de agua en el planeta rojo hace 4.400 millones de años. Los resultados fueron anunciados este sábado por la Universidad de Tokio, cuyos investigadores lideran el estudio.
Los científicos conocían que Marte albergó agua hace aproximadamente 3.700 millones de años. Sin embargo, a partir de un nuevo análisis de la composición mineral del meteorito llamado NWA 7533, los expertos dedujeron que probablemente el agua estuvo presente muchos años antes.
El profesor Takashi Mikouchi, autor principal del estudio, explicó que la observación de minerales ayudan a comprender cómo se formó Marte y cómo evolucionaron su corteza y manto. Además, comentó que debido al color oscuro de la roca, lo especialistas la apodaron "Belleza Negra".
"Nuestras muestras de NWA 7533 fueron sometidas a cuatro tipos diferentes de análisis espectroscópico, formas de detectar huellas dactilares químicas. Los resultados llevaron a nuestro equipo a sacar algunas conclusiones interesantes", agregó Mikouchi.
Formación de planetas
Los hallazgos alimentan la hipótesis de que el agua podría ser solo una de las muchas sustancias que ocurren naturalmente durante la formación de los planetas, a diferencia de otras presunciones que sugieren que el meteorito provino de asteroides y cometas posteriores a la formación del planeta.
"Los clastos ígneos, o roca fragmentada, en el meteorito se forman a partir de magma y son comúnmente causados por impactos y oxidación […] Esta oxidación podría haber ocurrido si hubiera agua presente en la corteza marciana hace 4.400 millones de años durante un impacto que derritió parte de la corteza", explicó el científico japonés.
Asimismo, Mikouchi manifestó que sus estudios sugieren que tal impacto liberó una gran cantidad de hidrógeno, contribuyendo al calentamiento planetario en un momento en que Marte ya tenía una atmósfera aislante espesa de dióxido de carbono.
Finalmente, el equipo añadió que este descubrimiento podría ayudar a la ciencia a responder la pregunta de dónde proviene el agua, lo que a su vez podría afectar las teorías sobre los orígenes y exploración de la vida más allá de la Tierra.