La sorpresiva internación de Diego Armando Maradona, debido a una mezcla de anemia con depresión, reavivó las peleas entre sus exparejas, sus hijas y el equipo que trabaja con quien es considerado uno de los jugadores más importantes de la historia del futbol a nivel mundial.
El lunes por la noche, su médico personal, Leopoldo Luque, confirmó que Maradona había aceptado ingresar a un hospital privado en la ciudad de La Plata, ubicada a 100 kilómetros de Buenos Aires.
La conmoción fue inmediata, ya que en Argentina cualquier noticia relacionada con 'el 10' suele generar un revuelo mediático, sobre todo si tiene que ver con su estado de salud porque ya ha estado al borde de la muerte en otras ocasiones.
Además, su última aparición pública desató una oleada de rumores y un clima de preocupación. Fue el viernes, durante el homenaje que se le realizó en la cancha del club Gimnasia, que actualmente dirige, para celebrar sus 60 años. Maradona apenas podía caminar y hablar. Estaba tan frágil que se apoyaba en los brazos de sus asistentes para poder avanzar por el césped y se tuvo que ir antes por recomendación médica.
"Me parte el alma", escribió entonces su hija Gianinna, quien anoche, después de que se supiera su nueva internación, recordó en sus redes sociales algunos mensajes que ya había publicado el año pasado sobre su papá.
"No se está muriendo porque su cuerpo lo decide, sí lo están matando por dentro sin que él pueda darse cuenta. No creo en el parámetro de normal, pero eso está muy alejado de la realidad que él se merece. Recen por él, por favor", escribió el 31 de octubre de 2019, cuando era evidente que Maradona estaba atravesando un mal momento físico. Incluso lo comparó con un león "empastillado".
Tensión familiar
Dalma Maradona, la hija mayor del ídolo, también usó las redes sociales para recordar que ella y Gianinna ya habían anticipado el deterioro del estado de salud de su padre.
"No estamos tan locas, ¿no?" o "No se imaginan las cosas que escribo y borro porque ahora lo único importante es que él esté bien. Pero por el bien de todos/as los chupasangre, que no le pase nada", dijo en referencia a lo que siempre se denomina como "el entorno" de Maradona, es decir, a toda la gente que trabaja con él.
Los problemas personales de Maradona son una constante en su vida, ya que incluye a sus exmujeres Claudia Villafañe, madre de Dalma y Gianinna; Verónica Ojeda, madre de su hijo menor, Diego Fernando; y Rocío Oliva, su última pareja. A ellos se suman Diego y Jana, los hijos extramatrimoniales que tardó años en reconocer. El año pasado, su abogado Diego Morla reveló que tenía otros tres hijos en Cuba, en donde pasó uno de sus periodos de desintoxicación.
En el último año, Maradona se separó de Oliva, demandó a Villafañe y volvió a tener un vínculo con Ojeda y su hijo menor, a quien casi no veía desde que nació, mientras se peleaba abiertamente con sus dos hijas mayores y seguía batallando contra su adicción al alcohol y a los medicamentos, después de que hace más de una década dejara la cocaína.
Todas estas situaciones, según su médico, han repercutido en su estado de salud, lo que motivó la internación.
"Está acá porque quiso venir, no lo vi como me gustaría verlo y como sé que él puede estar, está mal psicológicamente y repercute en el cuerpo, se alimenta mal, te cambia todo", dijo Luque a los periodistas que lo abordaron en el hospital.
"Lo vi triste, eso nos llevó a internarlo de común acuerdo. Diego es una persona de ciclos, a veces está muy bien y de a ratos no tan bien, no me gustaba el momento en el que estaba, traerlo acá lo ayuda", agregó.
Aunque descartó un cuadro grave, el médico aclaró que Maradona podría permanecer ingresado por lo menos durante tres días, pero en realidad todo depende de cómo se comporte como paciente, lo que se complica porque suele resistirse a obedecer las indicaciones y a recibir la ayuda. "Es una persona de edad, con muchas presiones en su vida, cumplió 60 años y hay que ayudarlo. Es difícil ser Maradona", concluyó.
Pleitos
La internación de Maradona también fue un nuevo pretexto para reanudar la permanente confrontación que existe entre sus exparejas.
Rocío Oliva, la última de ellas, reveló que estaba "tomando cartas en el asunto" junto con Claudia Villafañe, a diferencia de Ojeda, con quien mantiene una añeja pelea.
"Lo que me contó Claudia fue que Gianinna fue a saludar a su papá temprano por el cumpleaños, acompañada por Benja (el nieto de Maradona); estaban lo más bien, pero viene Verónica y le dice: 'Cámbiate que tenés que ir a la cancha'", afirmó Oliva en un programa de televisión en el que participa, responsabilizándola así de que el ídolo hubiera ido a su homenaje a pesar de que no estaba en condiciones físicas para ello.
También aseguró que lo único que buscaba Ojeda era tener la foto de ella y de Maradona entrando juntos a la cancha junto con su hijo Diego Fernando.
"Me parece muy bajo", denunció al advertir que con Villafañe ocurre todo lo contrario, ya que ambas tienen una preocupación real por el exfutbolista.
"Hablé con Claudia y le dije que la única solución es que sus hijas vayan y hagan algo por el padre", afirmó, a pesar de que la relación entre ellos está en uno de sus peores momentos.
Mejora
El médico de Maradona volvió a enfrentar a la prensa este martes y aseguró que el famoso paciente pasó una buena noche y que la prioridad fue corregir la anemia y deshidratación que presentaba.
"Necesitamos más tiempo. Él, al verse bien, se quiere ir, como siempre. Está absolutamente consciente, le dije que espere (...) esperemos que quiera quedarse hasta mañana", contó.
Luque agregó que el objetivo es mejorar todo lo posible la salud del extécnico de la Selección argentina, primero en el hospital y luego con un tratamiento ambulatorio a largo plazo para que deje de estar débil y cansado, lo que dificulta su caminar.
Por otra parte, reveló que habló con varios de los hijos de Maradona porque estaban preocupados, pero advirtió que debido a la pandemia ni ellos ni nadie podrán visitarlo.