Tom Osborne, forense jefe de la ciudad británica de Milton Keynes, tras analizar la trágica muerte de Alana Cutland —quien abrió la puerta de una avioneta en pleno vuelo y se arrojó al vació a finales de julio del año pasado en Madagascar— declaró en su informe, de prevención de muertes futuras, que "se cree" que la joven "sufrió un evento psicótico/delirio que la llevó a su comportamiento y a la muerte".
Además, afirmó que era "bastante evidente" que la estudiante de Cambridge, de 19 años, "tuvo una reacción psicótica" por la doxiciclina, medicamento antimalárico, que había tomado y en cuyo folleto no había "nada de información" que "resalte o mencione la posibilidad" de efectos secundarios de carácter psicótico.
"Si ella o sus padres hubieran sido conscientes de este posible efecto secundario, es posible que habrían podido intervenir antes para evitar su muerte", agregó el forense.
Los padres de la joven, Neil y Alison Cutland, en comentarios a la BBC esta semana, declararon que era "trágico" que su muerte fuera "esencialmente causada por los efectos secundarios de la doxiciclina". Además, señalaron que les "sorprendió descubrir que un efecto secundario tan grave pudiera estar prácticamente indocumentado".
Por su parte, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA, por sus siglas en inglés) comentó que estaba recopilando "información adicional" y revisando la "presunta asociación entre el trastorno psicótico y la doxiciclina", que fue autorizada como medicamento contra la malaria hace más de 50 años. También se prescribe para tratar infecciones bacterianas y trastornos de la piel.
"Nuestro comité de expertos independientes ha informado que la evidencia disponible es actualmente insuficiente para respaldar una asociación causal y nos ha pedido que recopilemos más información", dijo una portavoz de la MHRA.
Trágica muerte en Madagascar
Alana Cutland, estudiante de segundo año de Biología, se fue a un área remota de Madagascar con el propósito de estudiar una especie de cangrejo, costeando ella misma ese viaje. Sin embargo, mientras se encontraba en la isla comenzó a padecer de ansiedad y llegó a sufrir cinco ataques de paranoia.
Sus padres organizaron desde el Reino Unido el regreso de su hija a casa y para ello contrataron una aeronave ligera tipo Cessna.
Cuando la avioneta había alcanzado una altitud estable de aproximadamente 1.500 metros, Cutland se desabrochó el cinturón de seguridad y abrió la puerta lateral derecha del avión con la intención de saltar. Una conocida de la familia y el piloto alcanzaron a sujetarla de las piernas y la sostuvieron durante unos cinco minutos, pero la joven finalmente logró soltarse y cayó al vacío.
La familia de Alana califica el suceso como "un accidente trágico" y no un suicidio. "Ella estaba alucinando, estaba enferma, algo la hizo enfermar, debe de haber sido la reacción a un medicamento", dijeron en una entrevista previa.