Los ministros de Comercio de la Unión Europea han confirmado la imposición de aranceles por valor de 4.000 millones de dólares sobre bienes industriales y agrícolas de Estados Unidos.
Las medidas, autorizadas por la Organización Mundial del Comercio en octubre pasado, entran en vigor el próximo martes.
Las tarifas incluyen un arancel del 15 % sobre todos los modelos de Boeing, que representará el 44 % de la suma de sanciones. Otros bienes, que incluyen algunos productos agrícolas, mercancías procesadas industriales y agrícolas, estarán sujetos a una tarifa del 25 %.
El ministro de Economía alemán Peter Altmaier, citado por The Washington Post, ha comentado que este paso de la UE se basa simplemente en "imitar la estrategia de EE.UU.".
"Estaremos listos para retirar o suspender nuestras tarifas en cualquier momento que EE.UU. esté dispuesto a hacer lo mismo por su parte, sea la actual o la futura administración estadounidense", afirmó.
El mes pasado, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con represalias a la UE si imponía aranceles a productos norteamericanos.
"Si responden, les golpearemos de manera aún más dura que ellos", declaró entonces el mandatario.
En octubre del año pasado, la OMC autorizó a Washington la imposición de aranceles por valor de 7.500 millones de dólares sobre las importaciones de la UE como respuesta a las ayudas públicas recibidas por el consorcio aeroespacial europeo Airbus, competidor directo del estadounidense Boeing. Entre las mercancías afectadas se encuentran los vinos de Francia, España y Alemania, el whisky escocés e irlandés, así como quesos, carnes congeladas, aceite de oliva, productos lácteos y de cerdo.
En este litigio iniciado en 2004, Washington perseguía la imposición de tarifas sobre las importaciones europeas por un valor de 11.000 millones de dólares al año, pero esta cifra fue reducida por el órgano de arbitraje de la OMC.
En 2005 la UE respondió acusando a Boeing de haber recibido 19.100 millones de dólares en subvenciones ilegales de varias agencias gubernamentales de EE.UU. entre 1989 y 2006. Tras conseguir una serie de victorias en casos similares, Bruselas pidió a la OMC que le permitiera la imposición de tarifas de represalia por un valor de 12.000 millones de dólares contra el país norteamericano.