Un estudio compara el dolor que sienten caballos y humanos al impacto de la fusta
No hay una diferencia significativa entre el dolor que los caballos y los humanos sienten al recibir latigazos, según un nuevo estudio publicado en la revista Animals.
El informe, elaborado por un grupo de veterinarios investigadores de Australia, aparece en un momento en el que el debate en el país está dividido entre quienes opinan que el uso de la fusta está justificado y las organizaciones que insisten en que termine esta práctica.
En la investigación se utilizaron las muestras de piel de 10 personas muertas y 20 caballos sacrificados de la raza purasangre tomadas en la zona glútea, que es la más afectada por el impacto de la fusta en las carreras.
A partir del estudio microscópico de la capa externa de piel (epidermis), crucial en la detección del dolor, no se han revelado diferencias esenciales ni en concentración de terminaciones nerviosas ni en espesor de esta capa.
La dermis, la capa subyacente, resultó ser significativamente más fina en los humanos que en los caballos.
"Los hallazgos muestran que aunque la piel hípica es más espesa que la humana, la parte de la piel que es más gruesa no aísla del dolor generado por latigazos; además, los humanos y los caballos tienen equivalentes estructuras anatómicas básicas para detectar el dolor en la piel", resumen los investigadores.
Este estudio se añade a las conclusiones de otra investigación, también financiada por la Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (RSPCA, por sus siglas en inglés), que determinó que la fusta no beneficia al resultado de al carrera ni favorece la seguridad del yóquey.
Las reglas de las carreras de caballos en Australia permiten un máximo de 5 latigazos hasta los últimos 100 metros de carrera, donde el yóquey puede utilizar el látigo sin límite.
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