Un grupo de científicos y diseñadores estadounidenses ha desarrollado un concepto de kit para crear filetes utilizando células y sangre humanas, con lo que pretenden cuestionar la aparente ética de la industria de la carne cultivada, informa el portal Dezeen.
El Ouroboros Steak, llamado así por el antiguo símbolo de la serpiente que se come su propia cola, se puede crear en casa usando nuestras propias células, que se recolectan del interior de la mejilla y se alimentan con suero derivado de sangre donada vencida. Los trozos de carne resultantes, del tamaño de un bocado —que actualmente se exhiben como prototipos en la exposición Beazley Designs of the Year en Londres— se crean sin causar daño a ningún animal.
Según los creadores, no se puede decir lo mismo de la carne cultivada hecha de células animales. En este sentido, explican que, aunque esta carne se presenta por la industria como una alternativa más sostenible y libre de crueldad, se basa en el suero fetal bovino, que se deriva de la sangre de fetos de terneros después de que sus madres embarazadas son sacrificadas por la industria cárnica o láctea.
"El suero fetal bovino cuesta cantidades significativas de dinero y la vida de los animales", asegura el científico Andrew Pelling, quien desarrolló el novedoso bistec junto con la diseñadora industrial Grace Knight y el artista e investigador Orkan Telhan.
"No promovemos 'comernos a nosotros mismos'"
El filete en exposición se creó utilizando cultivos de células humanas —que se pueden comprar con fines de investigación y desarrollo de la Colección Americana de Cultivos de Tejidos— y el suero humano derivado de sangre donada vencida.
Como parte del kit, el equipo prevé que los usuarios recolecten células del interior de su propia mejilla con un hisopo de algodón y las depositen en plataformas pre-cultivadas hechas de micelio de hongos. Luego se almacenan durante unos tres meses en un ambiente cálido y se alimentan con suero humano hasta que el bistec esté completamente desarrollado.
Knight explica que la sangre humana expirada es "un material de desecho" en el sistema médico y es más barata y más sostenible que el suero fetal bovino, aunque "culturalmente menos aceptada". "La gente piensa que comerse a uno mismo es canibalismo, lo que técnicamente no es así", indica Knight.
A su vez, Telhan recalca que, aunque su diseño "es científica y económicamente factible", también es "irónico en muchos sentidos".
"No estamos promoviendo 'comernos a nosotros mismos' como una solución realista que satisfará las necesidades de proteínas de los humanos", enfatiza el investigador, aclarando que lo que pretenden es, más bien, reflexionar sobre "cuáles serían los sacrificios" para poder seguir consumiendo carne al ritmo que lo hacemos actualmente, así como sobre "quién podrá pagar la carne de animal y quién no tendrá otra opción que cultivar carne por sí mismo".
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