Rusia envía a su primer viaje al rompehielos más potente del mundo

El Árktika navegará por la Ruta Marítima del Norte durante varias semanas.

El nuevo rompehielos ruso de propulsión nuclear Árktika ('Ártico', en ruso) ha comenzado su viaje inaugural en las aguas de las prometedora Ruta Marítima de Norte, según ha comunicado este lunes la compañía Atomflot, que opera la flota de rompehielos de propulsión nuclear rusa y forma parte de Rosatom, la agencia de energía atómica del país.

"Este 14 de noviembre, el rompehielos nuclear universal Árktika partió del puerto de Múrmansk en su primer viaje, con rumbo al mar de Kara. Hasta mediados de diciembre el buque operará en la Ruta Marítima del Norte", comunicó el servicio de prensa de la compañía.

Tras finalizar el viaje el navío regresará a Múrmansk para proveerse antes de regresar a la Ruta Marítima del Norte a finales de diciembre, en una navegación que durará hasta la primavera boreal.

El Árktika es el buque de cabeza del Proyecto 22220, una nueva flotilla de los rompehielos de propulsión nuclear más grandes y potentes del mundo. El concepto de doble calado de los buques les permite operar tanto en el Ártico como en las desembocaduras de los ríos polares.

En los próximos años, se pondrán en servicio otros dos rompehielos de propulsión nuclear del Proyecto 22220.

La construcción del Árktika comenzó en 2016, y el mes pasado el buque fue inaugurado. En 2021 se le instalará un nuevo motor de hélice de estribor que aumentará su capacidad hasta 60 megavatios.

Con un desplazamiento de 33.500 toneladas, 173,3 metros de eslora y 34 de manga, esta embarcación está diseñada para abrirse paso entre hielos de hasta tres metros de espesor encabezando caravanas de cargueros y otros barcos de transporte, al igual que para realizar operaciones de rescate.

Ante el derretimiento de las capas de hielo, la Ruta Marítima del Norte, ubicada a lo largo de las costas septentrionales de Rusia, está siendo cada vez más atractiva para el transporte global de mercancías.

Se estima que en el futuro incluso podría ser una alternativa al canal de Suez que reduciría en aproximadamente 10 días los viajes de Europa a Asia, con las ventajas económicas que ello supone.