Amy Harwell y Kelley Henry, los abogados de Lisa Montgomery, la primera presa que será ejecutada en EE.UU. a nivel federal desde 1953, pidieron el 12 de noviembre ante el Tribunal del Distrito de Columbia la postergación de la ejecución de su clienta, ya que ambos se contagiaron con coronavirus. Hasta ahora, está previsto que Montgomery sea ejecutada con una inyección letal el próximo 8 de diciembre en el centro penitenciario de Terre Haute, en Indiana.
En el documento demandan a William Barr, fiscal general estadounidense, quien ordenó el pasado 16 de octubre a la Agencia Federal de Prisiones establecer la fecha de ejecución. La querella enfatiza que Barr ''fijó temerariamente la ejecución de la señora Montgomery en medio de la pandemia del covid-19''.
La decisión de Barr obligó a 2 juristas, que antes trabajaban a distancia, a emprender dos viajes desde Tennessee a Texas, donde su clienta cumple condena, lo que desembocó en el contagio con ''la enfermedad que arrasa todo el país''.
Los abogados añaden en el documento que Montgomery padece ''discapacidades mentales que con frecuencia conducen a que pierda el contacto con la realidad". Más allá, en el documento se subraya que Montgomery fue víctima de abuso sexual, incesto y trata de niños con fines sexuales. Teniendo en cuenta la propagación del coronavirus junto con el deteriorado estado mental de Montgomery, Harwell y Henry quieren aplazar la ejecución hasta que Montgomery pueda contar con una representación adecuada.
Lisa Montgomery fue juzgada hace 13 años por estrangular a una mujer embarazada de 8 meses y extraerle el feto, arrancándoselo del vientre.
La reciente decisión de Barr de cumplir con el veredicto del tribunal tuvo mucha repercusión en la abogacía estadounidense, ya que más de 1.000 letrados instaron al presidente Donald Trump a vetar la ejecución de Montgomery, en vista de su salud mental, marcada por los actos violentos perpetrados contra ella, recoge Fox News.