Los niños de una familia en Melbourne (Australia) han sido motivo de una investigación médica luego de que desarrollaran una respuesta inmune al SARS-CoV-2 sin haber dado positivo al virus. A pesar de que los tres menores, de 5, 7 y 9 años, mantuvieron un contacto cercano con portadores sintomáticos de la enfermedad (sus padres), las repetidas pruebas PCR a las que fueron sometidos resultaron negativas, revela un estudio dirigido por el Instituto de Investigación Pediátrica de Murdoch (MCRI, por sus siglas en inglés).
A principios de marzo de este año, antes de que el coronavirus se propagara en Australia, la madre y el padre de los pequeños asistieron a una boda. Tres días después, regresaron a su casa y experimentaron tos, coriza (inflamación de la mucosa nasal), fiebre, letargo y dolor de cabeza por más de una semana. Posteriormente, los dos hijos mayores se quejaron de tos leve y coriza, mientras que el menor no presentó molestias, pese a que durmió en la cama de sus padres aún estando estos enfermos, según detalla el estudio, publicado este martes.
Luego de los resultados de las repetidas pruebas PCR, los investigadores analizaron el perfil inmunológico de los cinco pacientes, para lo cual se recolectaron —cada dos o tres días en el transcurso de varias semanas— muestras de sangre, saliva, frotis de nariz y garganta, heces y orina. Como resultado, se detectaron anticuerpos específicos para SARS-CoV-2 en la saliva de todos los miembros de la familia y en pruebas serológicas detalladas.
De acuerdo con la doctora Melanie Neeland, quien dirigió la parte de laboratorio del informe, el análisis demostró que, a pesar de no tener evidencia virológica de infección, los menores desarrollaron una respuesta inmunitaria que potencialmente contuvo al virus.
"El niño más pequeño, que no mostró ningún síntoma, tuvo la respuesta de anticuerpos más fuerte", aseguró Neeland, añadiendo que, a pesar de la respuesta activa de las células inmunitarias de los tres menores, sus niveles de citoquinas —mensajeros moleculares en la sangre que pueden desencadenar una reacción inflamatoria— permanecieron bajos, lo cual explicaría que dos de ellos tuvieran síntomas leves y que el tercero fuera asintomático.
"El hecho de que estos niños pudieran 'apagar' el virus y ni siquiera mostrar un resultado positivo en la prueba sugiere que tienen algún nivel de su sistema inmunológico que es capaz de responder y lidiar con el virus de manera efectiva, sin que nunca se sientan muy mal", afirmó por su parte Shidan Tosif, coautor del estudio.
Los niños representan una pequeña proporción de los casos de covid-19 y suelen infectarse por contactos con adultos enfermos dentro del hogar, llegando a ser un tercio de ellos asintomáticos. Y aunque las diferencias subyacentes entre la respuesta inmune al virus de estos y los adultos siguen sin estar claras, la investigación proporciona nuevos conocimientos al respecto y plantea la posibilidad de que, a pesar de la exposición crónica, el sistema inmunológico de los menores detuvo eficazmente la replicación del virus dentro de sus células. No obstante, el mecanismo exacto que lo desencadenó sigue siendo un misterio.
"Los niños tenían respuestas inmunes mediadas por anticuerpos celulares y específicos del SARS-CoV-2 similares a sus padres, lo que sugiere que los niños estuvieron infectados, pero mostraron una respuesta inmune que fue altamente efectiva en restringir la replicación del virus", concluye el estudio.
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