El rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, viajó el pasado sábado a bordo del metro de Bangkok durante la inauguración de la extensión de una de las líneas de este transporte en la capital del país.
El monarca y su esposa Suthida abordaron un vagón sin pasajeros y viajaron sentados sobre almohadones de color dorado. A sus pies se ubicaron diversos funcionarios estatales así como periodistas, quienes permanecieron postrados sobre el piso tal y como lo manda el protocolo formal.
Una multitud de simpatizantes vestidos de amarillo —un color que en ese país se asocia con la monarquía— se congregó cerca de la estación Lak Song y esperó durante varias horas la llegada de sus majestades, detalla Bangkok Post.
La pareja real se detuvo para firmar autógrafos y saludar a los presentes, invitando a cerca de 60 de ellos a subir al mismo tren durante el viaje inaugural.
Al mismo tiempo, a pocos kilómetros de la estación transcurría una protesta antigubernamental cuyos participantes instan a reformar la monarquía.
Las protestas pacíficas que empezaron en Tailandia a principios de año, se hicieron diarias a mediados de octubre. Entre otras exigencias, demandan la renuncia del primer ministro del país, Prayut Chan-o-cha, que llegó al poder tras un golpe de Estado en 2014 y se mantuvo en el puesto después de las elecciones en 2019, que, no obstante, la comunidad internacional no calificó de libres.
Además, los participantes solicitan realizar reformas a la Constitución y la monarquía. La crítica del rey está prohibida en el país y se castiga con 15 años de prisión, pero los manifestantes exigen que la prohibición sea abolida, y también eliminar la inmunidad judicial del monarca. Al mismo tiempo, los manifestantes están descontentos con que el rey obtuviera el control de dos unidades militares y el derecho de gestionar la fortuna del palacio, estimada en decenas de miles de millones de dólares.
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