Volvieron los pañuelos verdes, los brillitos en los rostros, los cantos feministas, la militancia.
En realidad, nunca se fueron. Desde que la legalización del aborto fue rechazada en el Senado en agosto de 2018, el movimiento de mujeres de Argentina continuó su lucha para obtener este derecho. Y a partir de ahora sólo la intensificará para convencer a diputados y senadores de que voten a favor del proyecto de ley que presentó el presidente Alberto Fernández.
El miércoles por la tarde, un día después de que el Gobierno enviara la iniciativa al Congreso, la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito realizó una jornada federal para exigir un tratamiento parlamentario urgente.
A lo largo del país, y siempre con la advertencia de llevar tapabocas y mantener la distancia social por la pandemia, hubo "pañuelazos", bicicleteadas, caravanas, intervenciones artísticas, charlas y concentraciones.
En Buenos Aires, los colectivos se reunieron afuera del Congreso, adornaron sus rejas con cintas verdes, el color que representa el apoyo a la legalización y dejaron en evidencia las esperanzas que tienen de que la ley por fin se apruebe, pero también las críticas al proyecto de Fernández.
"Estamos con un montón de fuerza. Venimos unidas y organizadas. Tenemos mucha confianza en que vamos a ganar", afirmó a RT Silvia González, una socióloga de 26 años, mientras escribía pancartas en el césped junto con las amigas con las que vino desde las afueras de la capital.
Lo más importante, agregó, es que las y los legisladores comprendan que la ley ayudará a evitar que mujeres pobres mueran en abortos clandestinos y que dejen de ser criminalizadas por interrumpir voluntariamente embarazos no deseados.
Pelear por derechos
Al igual que muchas otras manifestantes, la joven desconfía de algunos puntos de la iniciativa del Gobierno. En primer lugar, porque incluyó el derecho de objeción de conciencia, lo que permitiría que profesionales de la salud se nieguen a practicar abortos.
"Pero también porque, a pesar de que el presidente había prometido esta ley, no queremos que nos use para 'tapar' otras cosas, otras políticas de su Gobierno que no están tan buenas, ni que nos mienta con un proyecto que no es el nuestro y que de todas formas va a seguir obstaculizando el derecho al aborto", dijo.
La ilusión y la confianza en la aprobación predominó en esta primera marcha post presentación de la iniciativa. "En Diputados ganamos por mucho y en el Senado por poco", "Ya no hay margen para rechazar el aborto, la mayoría de la sociedad lo apoya", "Vamos a hacer historia", "No pueden ceder a las presiones de los antiderechos", "Es el momento, es ahora, es urgente", afirmaron algunas de las participantes.
Carola Palacios, una estudiante de 20 años, advirtió que el ánimo de ella y de sus compañeras que militan el derecho al aborto está muy alto porque hay mejores perspectivas debido a que ahora hay un Gobierno que apoya abiertamente la legalización, a diferencia del expresidente Mauricio Macri, quien en 2018 habilitó el debate en el Congreso, pero no hizo nada para que la ley se aprobara. Más bien, al contrario.
"El panorama cambió mucho. La pandemia también nos afecta, porque en las marchas llenábamos las calles y ahora no podemos, pero la fuerza de las mujeres es cada vez más grande", aseguró la joven al contar que su debut en las movilizaciones feministas fue justamente hace dos años, cuando apenas tenía 18.
"Para mí y para otras compañeras fue muy importante porque escuchamos, conocimos historias de muchas mujeres, aprendimos, nos ayudó a crecer, y ahora acá estamos, peleando de nuevo por nuestros derechos. Nunca dejaremos de hacerlo", afirmó.
La apuesta del Gobierno
El presidente también tiene confianza en que la legalización ahora sí será posible, a diferencia de hace dos años, cuando fue aprobada en la Cámara de Diputados pero luego rechazada en el Senado.
Así lo dijo Fernández esta mañana en una entrevista en la radio Futurock, en la que se consideró uno de los abanderados de este reclamo de los feminismos. "Creo que estamos en condiciones de de que esta vez el aborto se convierta en ley", aseguró al considerar de que es un derecho necesario en el país.
También se refirió a Macri, sin nombrarlo, al comparar el escenario político con respecto a hace dos años y explicar la importancia de que ahora él como presidente apoye la legalización, presente un proyecto y promueva su tratamiento parlamentario y su aprobación. "Esta vez no habrá un presidente llamando a un gobernador para que sus senadores voten en contra. Haré todos mis esfuerzos para que el proyecto del aborto salga y se convierta en ley", prometió.
Fernández insistió en que lo suyo no es una simulación para fingir que cumple, ya que está verdaderamente preocupado y convencido de que la interrupción voluntaria del embarazo no es un problema de dogmas religiosos, sino de decisiones personales. "Yo soy católico pero tengo que resolver un tema de salud pública. Hay que terminar con la hipocresía", dijo.