Islandia ha realizado cambios en su programa de visas de trabajo remoto para los ciudadanos de fuera del espacio Schengen con el objetivo de convertirse así en un destino atractivo para aquellos que busquen escapar de los confinamientos de la segunda ola de la pandemia de coronavirus.
Mientras la frontera del país insular permanece por lo general cerrada, los ciudadanos de EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda o de cualquier otro país que no necesiten visado para ingresar a Islandia podrán permanecer en la nación nórdica durante seis meses ininterrumpidos, según Bloomberg.
Los solicitantes de refugio temporal en la isla solamente deberán cumplir una serie de requisitos formales, que incluyen un seguro médico suplementario y acreditar un salario de 1 millón de coronas islandesas mensuales (unos 7.360 dólares).
¿Cómo va a ayudar?
Según explicó al medio la exparlamentaria Ásta Gudrún Helgadóttir, con la nueva medida el Gobierno islandés busca "atraer a profesionales con altos ingresos de Silicon Valley o San Francisco para que gasten su dinero aquí en lugar de allí".
Con una población de alrededor de 265.000 habitantes, Islandia acogió a 2,3 millones de visitantes en 2018. Y aunque nadie esperaba unas cifras tan altas en este 2020, la extrema caída del 79 % registrada en la llegada de turistas (incluso tras la reanudación en verano de los viajes dentro del espacio Schengen) fue un duro golpe para muchos negocios locales.
Si bien los teletrabajadores no son técnicamente turistas, las autoridades esperan que estos puedan ayudar al país a mitigar los efectos de la pandemia a través del alquiler de viviendas y del gasto en tiendas, restaurantes y actividades de ocio, señala el medio.
Por su parte, los lugareños entrevistados creen que el cambio en el régimen de visas ayudará a recaudar dinero sin crear un gran flujo de turistas y sin sobrecargar el sistema nacional de salud.
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