Un jurado del Tribunal de la Corona de Hull (Yorkshire, Inglaterra) ha declarado culpable a Paul Fitzgerald del asesinato de Richard Huckle, considerado "el peor pedófilo" del Reino Unido por abusar de casi 200 niños, informan medios locales.
Cuando se dictó la sentencia este martes, el acusado simplemente rió y un juez lo tachó de psicópata. Fue condenado a cadena perpetua con una pena mínima de prisión de 34 años.
Fitzgerald, de 30 años, acabó con la vida de Huckle, de 33 años, en un ataque que, según él, era "justicia poética". El prisionero, que quería hacerle sentir lo que vivieron sus víctimas, lo estranguló y torturó en una prisión cercana a la ciudad de Pocklington, el 13 de octubre de 2019.
"Una conducta sádica"
Encarcelado también por delitos sexuales desde 2009, Fitzgerald lo violó usando un utensilio de cocina, le metió un bolígrafo en la nariz hasta llegarle al cerebro y lo estranguló con un cable eléctrico. Asimismo, el fallecido presentó signos de golpes en la cara y los riñones y una herida de puñal en el cuello.
A lo largo del juicio que duró cinco días, Fitzgerald declaró que había decidido matar a Huckle una semana antes del crimen. Admitió que tenía planes de matar a otros reos, pero que se estaba "divirtiendo demasiado" con él y que incluso tenía intenciones de cocinar partes de su cuerpo.
"Este caso involucra una conducta sádica. Estoy seguro de que tomó la decisión consciente de matarlo y cometió un asesinato a sangre fría", señaló el juez.
En un inicio Fitzgerald había negado las acusaciones, culpando de los hechos a los problemas mentales que sufre. Los psiquiatras que lo trataron declararon en el juicio que su paciente sufría de trastornos de conducta desde una temprana edad, un trastorno de personalidad y de identidad de género.
Huckle había sido condenado en el 2016 a 22 cadenas perpetuas por violar a 191 menores de entre 6 meses y 12 años. A todos los sometió mientras se desempeñaba como voluntario en orfanatos de Malasia y Camboya.