El pacto comercial más grande del mundo liderado por China puede ser "una mala noticia" para los exportadores de energía de EE.UU.

Los actores energéticos estadounidenses a día de hoy ya se encuentran "al margen del comercio transpacífico", pero con la aparición de la Asociación Económica Integral Regional la situación puede agravarse aún más.

El mayor tratado de libre comercio del mundo —un bloque con China a la cabeza que une a 15 economías de Asia-Pacífico y representa casi un tercio de la población mundial y el 29% del PIB mundial— "puede ser una mala noticia para los exportadores de energía de EE.UU.", opina en su artículo para Forbes el experto de renombre internacional en política energética y de seguridad, Ariel Cohen.

La Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), firmada el 15 de noviembre, agrupa a los 10 miembros de la ASEAN, así como a China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Los productos básicos, en particular los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural, "desempeñarán un papel central en esta organización comercial sin precedentes".

Al mismo tiempo, "los actores energéticos estadounidenses —que se han visto muy afectados por la guerra comercial del presidente Trump con China"— a día de hoy se encuentran "al margen del comercio transpacífico', escribe el experto, quien se desempeña como director de International Market Analysis Ltd., una firma de asesoría especializada en energía, recursos naturales, riesgo político y asuntos públicos, con sede en Washington D.C. 

La situación actual se agrava por el hecho de que la RCEP tiene como objetivo eliminar los aranceles sobre el 90% de las materias primas comercializadas dentro del bloque y reforzar las importaciones de bienes energéticos. Los aranceles se eliminarán gradualmente entre los miembros durante los próximos 10 años, con algunas excepciones, que permanecerán vigentes hasta el 2040.

Si la RCEP fortalece los lazos comerciales y finalmente reduce los aranceles de importación regionales, podría dificultar a los importadores de energía de EE.UU. retener su cuota en los mercados de Japón y Corea del Sur. Además, resultaría difícil para Washington reiniciar sus exportaciones de gas natural licuado (GNL) a China, si se modifican las restricciones comerciales, impuestas por la administración Trump, algo que podría pasar si Joe Biden asume la Presidencia de EE.UU. 

Perspectivas de EE.UU. en "mercados asiáticos hambrientos de energía"

El programa electoral del candidato demócrata incluye el regreso al multilateralismo, en marcado contraste con las políticas aislacionistas del presidente Trump, lo que podría ayudar al comercio de EE.UU. Al mismo tiempo, la política dura de Trump en relación con China ofrece un margen de maniobra limitado para Biden en el corto plazo.

Además, la agenda climática de Biden prevé prohibir nuevas perforaciones en tierras y aguas federales, lo que limitaría "las oportunidades de EE.UU. para exportar hidrocarburos a mercados asiáticos hambrientos de energía". Si lo hace, "ese nicho lo ocuparían los miembros de la RCEP, como Australia, Indonesia y Vietnam, así como los productores de Oriente Medio", advierte el experto.

En conclusión, Cohen señala que el crecimiento sostenido en la región Asia-Pacífico "podría ayudar a EE.UU. a seguir siendo un importante exportador de GNL y carbón en los próximos años", pero "mucho dependerá del enfoque económico y político de la administración Biden hacia China".

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