Parte de los visones que escapan de granjas peleteras danesas están infectados con el SARS-CoV-2 y los científicos temen que estos animales propaguen el coronavirus en la naturaleza, creando un reservorio para el virus, cuyas nuevas variantes podrían luego trasmitirse a los humanos, según informó el pasado viernes The Guardian.
"Cada año, unos cuantos miles de visones escapan. Lo sabemos porque es una especie invasora y cada año los cazadores y tramperos matan algunos millares de visones salvajes. La población de visones fugados es bastante estable", explicó al periódico el gerente de investigación veterinaria de la Administración de Veterinaria y Alimentación de Dinamarca, Sten Mortensen.
Según Mortensen, este año existe el riesgo de que alrededor del 5 % de los visones que huyeron de las granjas estén infectados con el covid-19.
Las posibilidades de que los visones que escaparon infecten a otros animales son bajas pero no inexistentes, explica el especialista, que especifica que los animales con más probabilidades de contraer el virus son hurones y mapaches, así como "animales domésticos susceptibles" como los gatos.
La transmisión del SARS-CoV-2 a la naturaleza significa que "el virus podría ampliar su rango de hospedadores e infectar a otras especies de animales que normalmente no podría infectar", declaró al respecto Joanne Santini, microbióloga del University College de Londres.
Por su parte, la directora de virología de la Universidad Erasmus de Rotterdam, Marion Koopmans, advirtió que el virus podría "continuar evolucionando en sus huéspedes animales, lo que constituye una amenaza pandémica permanente para humanos y animales".
Actualmente, en EE.UU. se están desarrollando vacunas contra el coronavirus para visones, aunque para las organizaciones de bienestar animal este tema es polémico.
A principios de noviembre, Dinamarca, el mayor exportador mundial de piel de visón, ordenó sacrificar a toda la población de visones en criaderos tras detectarse la presencia de una cepa mutada del coronavirus en granjas peleteras y confirmarse casos de transmisión a humanos. Hasta la fecha alrededor de 10 millones de visones han sido sacrificados. Según la ONU, la cepa mutada podría implicar una reducción de la efectividad de las vacunas.